En el Hospital Corea se recibirían cada semana entre dos y tres intentos de suicidio.
Isabel Ballón, responsable de la Dirección de Trabajo Social del Hospital Municipal Corea, denunció que en los primeros seis meses de este año se registraron 45 casos de envenenamiento con órganos fosforados en adolescentes.
La entrevistada indicó también que la situación genera preocupación entre los galenos quienes indican que el abandono de sus padres es uno de los motivos principales para que las nuevas generaciones opten por esta medida.
En el nosocomio se presentan cada semana de dos a tres casos de adolescentes que buscan resolver sus problemas mediante el suicidio. El 2011 se reportaron alrededor de 180 casos atendidos, mientras que en el primer trimestre de la presente gestión se registraron 45 casos atendidos que fueron auxiliados en su mayoría. Según los datos del centro de salud, sólo uno de los casos fue tomado como reincidente cuando un joven logró su objetivo de quitarse la vida consumiendo raticida.
De acuerdo con la especialista, las razones por las cuales los adolescentes optan por consumir veneno (raticida) se presenta cuando ellos deben enfrentar maltratos por parte de sus progenitores, hermanos o parientes, además de no tener un avance académico adecuado para aprovechar el año escolar o simplemente por bullying, actividad referida al maltrato en el interior de establecimientos escolares.
“El temor es uno de los factores que impulsa a los menores que no tienen un adecuado nivel de comunicación con sus progenitores a que decidan consumir órganos fosforados, para quitarse la vida. En el caso de los adolescentes que han optado por esa determinación, se observa que los mismos no sólo se sienten vacíos por la falta de comunicación sino que viven solos ante la imposibilidad de que uno de los padres se mantenga en el hogar por factores económicos. Por lo tanto, la soledad ‘mala consejera’, es la que les está llevando a cometer estos actos que van en contra de sus cuerpos y su propia salud”, explicó Baldellón.
Asimismo, detalló que cuando son menores de edad los que llegan a ser reportados como las personas que consumieron órganos fosforados, deben ser reportados a la Defensoría de la Niñez, mientras que cuando son mayores de edad los mismos deben ser remitidos a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) con la finalidad de que se investigue y se comprometan a no asumir acciones contrarias a su estabilidad y salud.
La intervención de la dependencia dirigida por la profesional se destina al lavado gástrico, donde reciben atención inmediata y bajo estricto control para luego proporcionarles el alta médica, sólo si cuentan con la autorización de las defensorías o la Felcc dependiendo de la edad de los afectados.
De acuerdo con la especialista, la atención psicológica para los menores que optan por quitarse la vida es esencial con la finalidad de poder restablecer no sólo su estabilidad emocional sino de su propio entorno.
“Si bien al interior del centro de salud tenemos un consultorio psicológico el mismo no es destinado a este tipo de tipologías, por lo tanto, las psicólogas de la defensorías en el caso de las menores de edad son quienes deben atender y tratar a las pacientes que son reportadas con tentativa de suicidio”, explicó.
A la conclusión de la entrevista, la recomendación de la profesional solicitó que los padres de familia busquen un mejor acercamiento de diálogo con sus hijos con la finalidad de que ellos no sean recomendados o presionados por el entorno de sus compañeros de colegio a tomar una decisión tan radical.
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