El derrocado presidente egipcio Hosni Mubarak, encarcelado desde hace dos semanas, fue víctima ayer de un ataque cerebral tras una rápida degradación de su estado de salud, en un momento de tensiones políticas en Egipto y cuando varias miles de personas se manifiestan, en El Cairo, contra el ejército.
Mubarak, de 84 años, estaba detenido en una sala medicalizada de la prisión de Tora, en el sur de El Cairo, desde su condena a cadena perpetua el 2 de junio, fecha en la que su salud habría comenzado a declinar, y fue trasladado de urgencia este martes hacia un hospital militar al que fue ingresado en terapia intensiva.
La televisión pública dio cuenta de una “degradación del estado de salud de Mubarak, víctima de un ataque cerebral”. La información fue confirmada por la agencia oficial de noticias Mena.
Entretanto, tres fuentes del Ejército y los servicios de seguridad, que mantienen el control del país tras la revuelta, dijeron que Mubarak era mantenido con vida y señalaron que no habían usado la expresión “clínicamente muerto” para describir su condición.