El gas boliviano, denominado por expertos petroleros “gas de oro” por su alta calidad y pureza, es un producto noble, puro y limpio, no contaminante, que desde el inicio de su explotación fue presa fácil del latrocinio por parte de las petroleras transnacionales que, sin piedad ni probidad, atentaron contra la ley y la Constitución Política del Estado, rehuyendo el pago de impuestos, contrabandeando por ductos, manejando el poder político y económico del país a discreción.
Sin duda, esta actitud dañina a la economía nacional emerge de la indiferencia colectiva, del “dejar hacer dejar pasar” y otros defectos que son la causa del subdesarrollo, de la extrema pobreza y del infortunio del pueblo boliviano que no atina a salir de su letargo para cambiar aquella lacerante frase de Alcides Arguedas: “Engañar al Estado no es engañar a nadie”, por una actitud imbuida de mejor servicio a la Patria.
EXPORTACIÓN A LA ARGENTINA
Se exporta gas rico a la Argentina desde hace 40 años (1972 - 2012). Desde entonces Bolivia regala a la Argentina gas licuado de petróleo (GLP), gasolinas y otros derivados contenidos en el gas rico exportado sin compensación ni resarcimiento económico, equivalente al valor de los líquidos exportados. Este gigantesco regalo traducido en millones de dólares pudo servir para la industrialización de los recursos naturales, para evitar la importación de combustibles y suprimir definitivamente las subvenciones millonarias por importación de carburantes, etc.
EXPORTACIÓN AL BRASIL
Se exporta gas rico al Brasil desde el segundo semestre de 1999 (13 años). Desde entonces Bolivia regala al coloso Brasil gas licuado de petróleo (GLP), gasolinas y otros derivados contenidos en el gas rico exportado.
La opinión pública está informada de que el Gobierno boliviano tiene firmado un convenio con el Gobierno del Brasil para el pago de 100 a 180 millones de dólares anualmente a partir del año 2007, en compensación por los líquidos exportados contenidos en el gas rico, cuando lo correcto debió ser a partir de la fecha de exportación, es decir del segundo semestre de 1999.
PLANTA SEPARADORA DE LÍQUIDOS
Las plantas separadoras de líquidos del gas rico debieron ser instaladas simultáneamente en el inicio de las operaciones de exportación a la Argentina y Brasil, como requisito previo a la vigencia de los contratos petroleros. Pero por la política entreguista de los gobiernos de turno, en connivencia con las empresas petroleras transnacionales, se prefirió el enriquecimiento ilícito a costa del hambre del pueblo boliviano.
MINIPLANTA EN RÍO GRANDE
La planta separadora de líquidos del gas rico en Río Grande (Santa Cruz), construida por la empresa Astra Evangelista S.A. (AESA), con un costo de 159,46 millones de dólares y de 30.430.000.- bolivianos destinados al “Estudio conceptual básico”, tendrá una capacidad de procesamiento de 5,7 millones de metros cúbicos de gas diariamente (5,7 MMmcd), de los cuales se extraerá 361 toneladas métricas de GLP y 596 barriles de gasolina diariamente (La Razón 30-12-2010).
Ahora bien, de exportarse 30 millones de metros cúbicos de gas diariamente (30 MMmcd) al Brasil, según contrato en vigencia, la mencionada miniplanta procesará solamente una mínima cantidad de gas rico, 5,7 MMmcd, equivalente al 19%, quedando sin procesar el 81% o sea 24.300.000 metros cúbicos de gas rico diariamente (24,3 MMmcd).
Por lo visto, la mencionada miniplanta, pese al elevado costo en comparación con el costo de la empresa Catler Uniservice de 86,3 millones de dólares, no responderá a las expectativas del pueblo boliviano, sencillamente porque no se procesará la totalidad del gas rico exportado, vale decir que Bolivia continuará regalando carburantes al coloso Brasil.
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