La presión ejercida por las esposas de policías de bajo rango, desde hace dos semanas, se tornó violenta durante la jornada de ayer con la toma de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) y el desalojo de sus efectivos que dejó el saldo de tres heridos, aunque las autoridades gubernamentales insistieron en minimizar las acciones del sector que se extendieron a diferentes ciudades del país.
Este movimiento de protesta descartó que las medidas de presión sean políticas y mucho menos busquen la desestabilización del Gobierno del presidente Evo Morales, por lo que, piden respuestas favorables para nivelar los salarios de policías similar al de los militares, la derogación de la Ley 101 que vulnera los derechos de los uniformados consagrados en la Constitución Política del Estado, la jubilación al 100 por cierto y la creación de defensorías en todas las unidades verde olivo.
La Plaza Murillo quedó desguarnecida en horas de la noche sin que se pueda evitar la marcha de los policías civiles y sus esposas, quienes posteriormente retornaron a las instalaciones de la UTOP en espera de entablar el diálogo con el Gobierno. Por otro lado, la ministra de Comunicaciones, Amanda Dávila, informó a la ANF que se descarta el despliegue de policías militares de las Fuerzas Armadas para resguardar la Sede de Gobierno y otras ciudades del país.