Periodismo afectado por coyuntura convulsionada

La crisis que se vive en el país, entre la Policía y el Gobierno central, llega a afectar a toda la sociedad y entre ellos, los periodistas también sufrieron los daños colaterales propios de la profesión.

En el penal de Palmasola, en el departamento de Santa Cruz, los periodistas del canal estatal, Bolivia TV, fueron retirados a la fuerza por las esposas de los policías aduciendo que este medio televisivo es totalmente parcializado con el Gobierno y emite información falsa, minimizado el conflicto, tal como lo hizo en la crisis de febrero de 2003 la entonces Unidad de Comunicación del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.

En La Paz, la susceptibilidad de los sectores en conflicto provocó que los periodistas sean observados, filmados e incluso agredidos por considerar que muchos comunicadores podrían ser en realidad buzos o infiltrados que se incrustaron en la marcha y vigilia de los policías.

Uno de estos casos se dio con el periodista del diario digital Oxigeno, Armando Quispe, a quien se le arrebató su cámara fotográfica de forma arbitraria, acusándolo sin pruebas de ser un infiltrado. El reportero que cubre Plaza Murillo, llevaba su credencial a la vista, pero no sirvió ante la tensión vivida la jornada de ayer.

El trabajo de la prensa, sea independiente o progubernamental, vuelve a sufrir los avatares de la tensión social. Las agresiones verbales e incluso físicas se dieron este año en cada conflicto como el caso de las personas con discapacidad o las movilizaciones de los médicos y el sector salud.