Último gran torneo

A Steven Gerrard le llegó la hora de la verdad. Tiene 32 años y desde 2000, cuando debutó con Inglaterra, sufrió muchos palos con su selección. La Eurocopa de Polonia y Ucrania puede que sea su último gran torneo y por fin, después de casi una década, es el gran referente del conjunto británico.

Lo es por lo que representa. Aunque ya no es el gran Gerrard de hace cuatro temporadas, cuando hizo 16 dianas en su club convirtiéndose en el máximo goleador del Liverpool, es el jugador con más carisma de la selección. Tiene un peso enorme en el vestuario y lo sabe su técnico, Roy Hodgson.

Llegó a la Eurocopa después de una temporada irregular en la Premier. Lo pasó mal con las lesiones. Primero, en la ingle. Después, el tobillo. Fruto de esa mala suerte sólo participó en 18 partidos anotando cinco goles. Esas fueron sus cifras, lejos de las de sus mejores años, pero no importaba, Inglaterra la necesitaba.

Esta vez, sin Lampard y con John Terry desprestigiado hace tiempo por sus diferentes escándalos, Gerrard pasó a ser el referente. Wayne Rooney, sancionado para los dos primeros partidos de la Eurocopa, no pudo hacerle sombra hasta el tercero, pero aún así, no tiene tanto carisma. Además, Hodgson lo nombró capitán antes de comenzar el campeonato.

Su trabajo no pasó desapercibido. Quien será uno de sus rivales hoy en cuartos de final, el italiano Daniele De Rossi, no escatimó en lanzarle un gran elogio: “Gerrard siempre fue mi ídolo”, dijo esta semana.

Gerrard jamás pasó de cuartos de final de una gran competición. Participó en cuatro, en dos Mundiales y en dos Eurocopas. Se perdió dos, el Mundial de Corea y Japón de 2002 por una inoportuna lesión y la Eurocopa de 2008, a la que Inglaterra no llegó ni a clasificarse.

El resumen es trágico para el medio del Liverpool. En la Eurocopa de 2000 de Holanda y Bélgica, no pasó de la primera fase; en Portugal 2004, se marchó a casa en cuartos; en el Mundial 2006 de Alemania, perdió también en cuartos de final; y en Sudáfrica 2010, dijo adiós en octavos. EFE