Río de Janeiro.- La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, que reunió hasta el viernes en Río de Janeiro a cerca de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno, dejó como legado poco ecológico unas 60 toneladas de basura, informó ayer la Compañía Municipal de Limpieza Urbana.
La cifra incluye la basura recogida en la última semana en el centro de convenciones Riocentro, en donde se realizó la reunión oficial, así como en los locales que acogieron los principales eventos paralelos, incluyendo la Cumbre de los Pueblos, que agrupó a centenas de organizaciones no gubernamentales de todo el mundo.
Los esfuerzos de la ONU y de las ONGs para que sus citas en pro del desarrollo sostenible no dejaran muchos desechos, entre ellos la distribución de los documentos por vía digital en lugar del papel, no impidieron que quedara el elevado volumen de basura.
El total de basuras de la Río+20 es casi la sexta parte de las 370 toneladas dejadas en la playa de Copacabana por las cerca de dos millones de personas que participaron en la última fiesta de fin de año en Río de Janeiro.
Según el coordinador de sostenibilidad de la Río+20, el biólogo Francisco Nilson, los organizadores realizaron campañas para concienciar a los participantes de los diferentes eventos sobre la gestión correcta de la basura.