El tiempo juega en contra

El tiempo fue el mejor aliado del Gobierno en los problemas con los maestros, los médicos, los del Tipnis y, presumiblemente quiere utilizar la misma táctica, juega con las mismas cartas en el resto de problemas que se presentan en el país. Probablemente debería tomar en cuenta un antiguo consejo chino que dice:

Había una vez un campesino chino muy pobre, pero sabio, que trabajaba la tierra duramente junto a su hijo. Un día el hijo le dijo: “Padre qué desgracia, se no ha ido el caballo”. “Por qué lo llamas desgracia”, respondió el padre, “veremos qué nos trae el tiempo”. A los pocos días el caballo regreso acompañado de una preciosa yegua salvaje. “Padre qué suerte”, exclamó el muchacho “nuestro caballo ha traído otro caballo”.

El muchacho quiso montar ese caballo nuevo que lo tiró al suelo y le quebró una pierna. Nuevamente exclamó “qué desgracia”; sin embargo, de esa manera se salvó de que los soldados del rey se lo llevaran a la guerra; entonces aprendió que hay que darle tiempo al tiempo. Pero la moraleja va más allá y es que en la vida muchas cosas malas se hacen buenas con el tiempo y viceversa.

El problema con la Policía no es reciente, el propio Ministro de Gobierno reconoció que una primera carta formal de reclamos, por los bajos salarios en la institución del orden, data del 13 de junio y le dio tiempo al tiempo. El reclamo policial, hecho público, no es reciente, viene de meses atrás, pero se le dio tiempo al tiempo.

Hoy, la variable tiempo no vale, porque los bancos no pueden estar permanentemente cerrados, las calles no pueden estar al libre albedrío de los conductores, negocios, supermercados y ciudadanía, requieren de la asistencia policial.

Dicho de otra manera, el Gobierno debe ir al encuentro del problema, encontrar a los representantes de los policías, luego que éstos desconocieron el acuerdo del domingo por la madrugada, buscar nuevas alternativas, agotar esfuerzos y no quedarse de brazos cruzados, amparado en medios de comunicación que convirtieron el reclamo en un presunto golpe de estado, que terminan por confundir a la población.

Otro paso atrás debe dar la Policía para superar este mal momento, porque su función social es capital en el orden de una sociedad y no se puede dejar desguarnecida a la población. Este no es un tema de tiempo, sino de urgencia, de desprendimiento y de soluciones inmediatas, aunque en este intento pierdan unos y otros, porque en esta cuestión tiene que ganar el hombre común, el ciudadano de a pie, el que tiene el derecho de vivir seguro, en una sociedad segura.

Ernesto Murillo Estrada, es editor general de El Diario