Estados Unidos evitó ayer calificar como “golpe de Estado” la destitución dictada el viernes contra el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, aunque expresó su preocupación por la rapidez del proceso legislativo de juicio político.
Señaló que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se comunicó, el fin de semana, con el canciller brasileño Antonio Patriota y que aún no ha decidido llamar a consultas al embajador estadunidense en Asunción, aunque se mantienen contactos cercanos.
El Consejo Permanente de la OEA, se reunirá hoy en sesión extraordinaria para abordar el tema de Paraguay y adoptar los próximos pasos.
Por su parte, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), calificó como “antidemocrático” el juicio político contra Lugo, que se desarrolló en un período de 30 horas, y que el destituido mandatario consideró falto de garantías del debido proceso.