"Es nuestro espacio de vida, es un territorio que nos ha costado lucha y sacrificio conquistarlo y consolidarlo, donde no hubiera interferencia de personas extrañas, que nos permitiera compartir una convivencia armónica entre etnias", dijo, el líder indígena Adolfo Moye.
Por: Lic. Elizabeth Estévez A.
El Parque Nacional Isiboro Secure Tipnis, conformado por 1.2 milones de hectáreas se ubica entre los departamentos del Beni y Cochabamba y es ahora el tema de conflicto ambiental desde el pasado año entre el actual gobierno y los indígenas que viven esta reserva natural, los cuales han partido nuevamente hace dos meses desde el bosque en donde habitan hasta la sede de gobierno, para oponerse a la construcción de una carretera que cruce por el centro de esta reserva natural.
Aunque la construcción de la carretera por el centro del TIPNIS se la haría luego de una consulta, ellos aseveran que afectaría a su hábitat y el derecho a vivir en su territorio, sin la intromisión de extraños que atenten al medio ambiente.
En el parque nacional habitan indígenas de las etnias trinitarias, moxeñas, yuracaré y tsimane quienes viven en su territorio en un extraordinario hábitat animal y vegetal, el cual defienden desde que se anunció la construcción de una vía que supuestamente contribuiría a su progreso y mejorarías sus condiciones de vida.
La estadía de dichas etnias indígenas, según historiadores se remonta hacia siglos atrás, cuando luego ser evangelizados por los misioneros jesuitas, “cansados de sufrir abusos de blancos y mestizos que colonizaron esa región, los nativos escenificaron su propia búsqueda de la Tierra Prometida o Loma Santa, “la tierra sin males y sin enfermedades”, según Moye, quien fue líder en la octava marcha indígena.
Desde 1990 se llama oficialmente Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) y tiene doble estatus como área protegida y territorio Comunitario de Origen (TCO).
Pero ahora la indiferencia de las autoridades ocasionó la novena marcha de los indígenas hasta arribar a la sede de gobierno en medio de la adversidad del clima de invierno, subiendo los indígenas a 5000 metros de altura a nivel del mar, al que no están acostumbrando s y en su paso recorrieron poblaciones como San Borja Yucum, Caranavi, Coroico, Cotapata en La Paz y otras, en donde fueron bien recibidos.
RIQUEZA NATURAL
Informes oficiales revelan que el Parque Nacional Isiboro Sécure Tipnis cuenta 714 especies de fauna y unas 3.000 de flora. Otras investigaciones detallan 108 especies de mamíferos, 470 de aves, 39 de reptiles, 53 de anfibios y más 450 de peces y mamíferos nadadores como el delfín rosado o bufeo en riesgo de extinción.
La biodiversidad es favorecida por 170 lagunas y las diversas altitudes del parque, entre los 180 metros en que están los ríos Isiboro y Sécure y los 3.000 de las serranías subandinas.
Entretanto el ejecutivo ha negado cualquier mal uso que se le daría a esta reserva natural como la exploración y explotación de hidrocarburos o las plantaciones de cocales y más bien asevera que la vía permitirá la integración de Bolivia, bajo una óptica "desarrollista", aspecto que es negado por los indígenas que afirman que esta propuesta choca contra su forma de vida y pone en riesgo la existencia de su cultura.
PESCA
La pesca tiene mayor importancia por su abundancia y los tsimanes y yuracaes hacen uso de este recurso para la alimentación. Tradicionalmente la pesca ha sido una actividad de menor importancia pero hay denuncias de su mal uso.
Además se denunció hace poco en la prensa que el Estado en la actual gestión firmó un convenio con empresas de turismo para el flujo de turistas extranjeros que precisamente se dedican a la pesca de variedades nativas de alto valor comercial como el pacú o “faisan de los ríos”, surubí, tambaqui, el general, y el dorado entre otras que hay en esta reserva natural, a través de paquetes turísticos de empresas en el exterior que consisten en la visita de extranjeros, cuyo valor es de $us. 7.600 por persona aproximadamente, por una semana.
INTERCURTULARIDAD
La novena marcha del TIPNIS es además intercultural, porque tiene el apoyo de representaciones indígenas de oriente y occidente.
TESTIMONIOS
“Yo tengo fe y estoy seguro que el señor nos ayudará a encontrar una solución en nuestra lucha. Pido que se respete la casa de los indígenas, que es el TIPNIS, y que se respete nuestra cultura. Le pedimos al Señor que nos ayude. Sabemos que con buena fe se van a solucionar las cosas”.
“Tengo 45 años. Estuve en la marcha del año pasado, vine con cinco de mis diez hijos y mi esposa, pero esta vez vine solo para que los chicos no se perjudicaran en la escuela. Para venir a la novena marcha hablé con mi esposa y ella me dijo que era importante que asistiera para que se solucionara el problema de la carretera porque los habitantes del TIPNIS le pedimos al gobierno que no se construya una carretera por el corazón de nuestro territorio”.
“Soy de la comunidad Santiago, a orillas del río Ichoa en la zona central del TIPNIS. He venido en una chata embarcación de madera para unirme a la marcha”. El viaje duró cuatro días por los ríos.
Entretanto, más allá de la actitud local y de las aspiraciones regionales de los marchistas que han vivido esta agonía en defensa de su hábitat y la biodiversidad existente en esta reserva natural, de parte del ejecutivo se centran en la construcción del camino San Ignacio de Moxos - Villa Tunari, con el argumento de mejorar la forma de vida de los indígenas, sin pensar a futuro en que esta medida podría ocasionar un daño irreversible al medio ambiente y a miles de especies, en flora, fauna y biodiversidad que se encuentra en medio de esta riqueza natural.
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