Cambios a paso de tortura

Tortura es causar daño físico o “psicológico”, sea por medio de artefactos o sin ellos, en contra de la voluntad de la víctima, dando lugar a un apremio ilegítimo, o bien con el consentimiento de la víctima (sadomasoquismo), vinculado principalmente al dolor físico y/o quebrantamiento moral, que puede o no desembocar en la muerte.

Al respecto, recordemos que durante seis años los bolivianos somos torturados con la palabra “cambio”, recibiendo por ello, estoicamente, numerosas ofertas que nunca se cumplieron ni se cumplirán. Tenemos muchos ejemplos de promesas incumplidas, como: Bolivia será la Suiza del Siglo XXI; los bolivianos seremos dueños de nuestros recursos naturales; el retorno al mar es un hecho; somos un país digno, soberano y democrático; el gobierno del MAS está dictando cátedra en materia económica, política y social a todo el mundo; el socialismo Siglo XXI eliminará la pobreza de nuestro planeta; todos los poderes del Estado Plurinacional son independientes; estamos eliminando el contrabando, la corrupción y el narcotráfico (caiga quien caiga); respetamos a la madre tierra; el Estado Plurinacional es gobernado por intelectuales de lujo, indígenas y campesinos, “escuchando al pueblo”; eliminaremos el racismo y la discriminación entre bolivianos, etc.

En cuanto a los cambios, observamos a indígenas progresistas, campesinos, mestizos y nuevos integrantes de clase media que han cambiado de indumentaria, frecuentan oficinas públicas y privadas, centros de consumo lujosos, instituciones bancarias y se movilizan en vehículos último modelo. En el altiplano, los valles y el trópico varias canchas de fútbol tienen césped sintético, camarines y graderías. Muchos proyectos sociales, industriales y de infraestructura para el pueblo boliviano, tienen contratos firmados con “anticipación”. En esto debemos reconocer que se eliminó la burocracia, aunque por seguridad de Estado no se sabe quién o quiénes firman esos cheques ni de donde provienen los fondos.

Por imposición del Ejecutivo, en forma extraordinaria elegimos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, quienes trabajan en relación con la coca. Los comandos de las FFAA y la Policía acatan órdenes de jefes foráneos, razón por la cual toda la seguridad del Estado está a cargo de extranjeros. En materia de salud y educación, en territorio rural han regalado ambulancias, pero no se movilizan por falta de combustible, y han creado bonos para ancianos, mujeres y niños.

Otros cambios: se percibe manipulación de la información para recalcar logros incongruentes en la Administración del Estado, así como estrategias para conculcar derechos humanos, con el fin de eliminar a la oposición política, a medios de comunicación, profesionales, universitarios, disidentes y otros que piensan deferente al Gobierno.

En cuanto a las actuaciones de los gobernantes en foros internacionales, en la última cumbre de la OEA reclamaron por el mar, las Malvinas, la coca y la refundación de dicho organismo, causando relajación en los asistentes, perplejidad en el mundo y bochorno al pueblo boliviano.

Por tales antecedentes, nuestro pueblo desde hace seis años es objeto de maltrato psicológico, destrucción de nuestra resistencia moral, por eso concluyo que estamos viviendo un “proceso de cambio a paso de tortura”.

El autor es docente universitario.

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