“Otra vez recibimos el cariño de la gente, realmente dan ganas de llorar, no tengo palabras para agradecer este recibimiento”, comentaba con la voz entrecortada y con dos niños en brazos, Benina Ortiz, una madre de familia que con el rostro visiblemente cansado, relataba que marchó durante dos meses junto a la movilización indígena, que nuevamente asumió esta medida para hacer públicas sus demandas y la oposición a la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, por el medio del Tipnis.
Mientras, bajo el calor intenso del sol del mediodía de este miércoles, familias enteras, personas de distintas clases sociales, esperaban en cercanías de la plaza Villarroel la llegada de quienes consideraban “héroes defensores del Tipnis y del medio ambiente”. Hombres, mujeres y niños llevaban banderas patujú y letreros que citaban: “El Tipnis no se toca, si Evo quiere coca que plante en Orinoca” y “el Tipnis somos todos”.
Las lágrimas también corrían por el rostro de los paceños que aplaudían a los más de 1.500 indígenas de Tierras Bajas. Desde que ingresaron en territorio citadino, los comunarios recibieron ropa, comida, víveres, refrescos y enseres de aseo.
“Estamos muy contentos con el recibimiento del pueblo paceño, ciudadanos que saben valorar el respeto de los derechos de los pueblos y es una gran lección que están dando a nuestros gobernantes. Es un recibimiento impresionante”, sostuvo el presidente de la Cidob, Adolfo Chávez.
Pasaban los primeros minutos de la segunda mitad de jornada y la columna indígena llegaba a la Plaza del Maestro escoltada por efectivos policiales, guardias municipales y dos ambulancias, junto a una brigada de personal médico de la facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
Cansados, pero alegres por el cariño recibido, los marchistas llegaron al inicio de la avenida de Las Américas en Villa Fátima sólo para observar que un grupo que decía ser cocaleros de los Yungas, los insultaban, acusándolos de “marchistas pagados”. Los comunarios no reaccionaron y continuaron su camino.
“Estamos muy satisfechos al llegar al fin a La Paz, el cariño de la gente nos da mucha fuerza y energía. Nosotros somos pacíficos, no vamos a enfrentarnos con nadie y no nos vamos a ir hasta que se abrogue la Ley 222”, manifestó el diputado Pedro Nuny.
CAMBIO INTEMPESTIVO DE RUTA
A sugerencia de los comandantes departamentales de la Policía, la columna indígena se vio obligada a cambiar inesperadamente de ruta. El motivo fue una masiva movilización que apoyaba al denominado “proceso de cambio” y que se instaló en la avenida Bush y la plaza Villarroel con el objetivo de impedir el paso de los indígenas de Tierras Bajas.
“Vamos a tomar un desvío de unas cuatro cuadras por la Tejada Sorzano para no tener que encontrarnos con la otra marcha. No queremos enfrentamientos y tenemos niños que no queremos poner en riesgo”, informaba el presidente de la Cidob, Adolfo Chávez.
La hilera humana que esperaba a los marchistas en la plaza Villarroel se trasladó a la nueva ruta tomada por la columna indígena para ver a los “héroes” de cerca y entregarles más alimentos, ropa y un apretón de manos.
Cerca a las 14 horas, los marchistas llegaron a la plaza Uyuni y nuevamente percibieron los aplausos, las ovaciones y los letreros con leyendas de apoyo a las demandas indígenas. Mientras unos se disfrazaron de animales de la amazonía, otros abrazaban a los dirigentes y se tomaban fotos con ellos.
“Las palabras infundadas, las amenazas se le han ido al propio Presidente. El plan Tipnis es la soberanía del pueblo paceño que da el bienestar y esta hermosa bienvenida a la columna. Las acusaciones del Gobierno no han tenido éxito, este recibimiento es la prueba”, citó Chávez.
VOLVIERON PARA REPRIMIR
Irónicamente, los policías que solicitaban apoyo de la ciudadanía hace unos días, cuando exigían un incremento salarial, ahora con el conflicto resuelto y firmado, resguardaban las principales calles aledañas a la Plaza Murillo.
Mientras los indígenas transitaban por la avenida Camacho para dirigirse a la Plaza Mayor de San Francisco, repentinamente cambiaron de ruta y subieron por la calle Ayacucho acercándose a la barrera policial que no iba a permitir el paso de los marchistas.
“Vamos a ingresar, nadie lo va impedir, la Plaza Murillo no la ha comprado el Gobierno”, decían los indígenas.
Sin embargo, vanos fueron los esfuerzos de la dirigencia que trató de dialogar con los mandos policiales para poder acercarse al centro político del país.
Entre empujones y algo de tensión, la barrera de uniformados comenzó a recibir plásticos y tierra, momento en el que decidieron utilizar nuevamente sus gases lacrimógenos, retornando a sus típicas funciones represivas.
Finalmente, ante la indignación de la presidenta del Comité de la Novena Marcha, Bertha Bejarano, quien intentó aproximarse a los efectivos, éstos agredieron a los indígenas golpeándolos y alejándolos del lugar.
Las lágrimas que antes eran de alegría, se transformaron en lágrimas de tristeza y rabia ante un Gobierno que no los escuchaba, que los traicionaba y que los reprimía, según dijo Bertha Bejarano.
Después de una hora aproximadamente y al notar esta nueva represión, los comunarios decidieron retirarse con indignación, pero reiterando su convicción por la cual llegaron desde las tierras del oriente.
“Tenemos que retirarnos, es lo mejor para evitar que nos enfrentemos, es indignante que para este Gobierno que se dice indígena, existan indígenas de primera y de segunda; nos vamos a retirar, porque también hay que pensar en los niños”, expresó el presidente de la Subcentral Tipnis, Fernando Vargas.
CALUROSA BIENVENIDA
Después del pequeño mitin de protesta realizado por los marchistas, éstos se retiraron a la Plaza Mayor de San Francisco donde la Asamblea de la Paceñidad y el mismo alcalde Luis Revilla, los esperaba con un acto de bienvenida.
La autoridad edil de la ciudad de La Paz, Luis Revilla, a tiempo de dar a la bienvenida a los indígenas del Tipnis, pidió un minuto de silencio para rendir homenaje a quienes fallecieron en el accidente durante el recorrido hacia La Paz.
“Esta mañana se ha pretendido amedrentar a la novena marcha. Quiero recordarles que hace varios meses les entregamos las llaves de la ciudad y los declaramos huéspedes de honor. Ustedes pueden venir cuando quieran a La Paz, porque esta es su casa”, sostuvo Revilla.
Los comunarios varones decidieron acampar en el atrio de San Francisco en carpas, mientras que las mujeres y los niños pernoctaron en predios de la UMSA.
“Estamos pidiendo a la Alcaldía, letrinas móviles y duchas para los hermanos. El Alcalde se ha comprometido que tendremos todo lo necesario mientras nos quedemos en La Paz”, citó el diputado indígena Pedro Nuny.
Las negociaciones comenzarán a partir de esta jornada, en otro capítulo de las demandas indígenas, pero esta vez el escenario presenta mayores retos tras las declaraciones de las autoridades de Gobierno sobre no modificar ni anular la Ley de Consulta, aquella que fue calificada por el Tribunal Constitucional Plurinacional como “posterior y condicionada”.
PALABRAS DESDE LA MARCHA
Haidé Ortiz: “Que Dios los bendiga a todos”
“El recorrido ha sido difícil, pero cada vez que nos acercábamos más, pensábamos en el recibimiento y ahora que lo vemos, estamos muy felices de que la gente de La Paz nos esté apoyando de esta manera. Que Dios los bendiga a todos. Desde el más allá nuestros ancestros están con nosotros y lucharemos junto con ellos que hoy están con nosotros. Somos miles de hermanos que se han ido sumando a esta marcha y el apoyo ha crecido durante el recorrido, hemos soportado hambre, frío, pero aquí estamos y nos vamos a ir hasta que este Gobierno entienda que tiene y está obligado a respetar los derechos de los pueblos indígenas”.
Juana Bejarano: “Marcho con mis cinco hijos”
“Yo he decidido marchar con mis cinco hijos, ahora los llevo en mis brazos, así empecé a marchar y así llegaré hasta que el Presidente me escuche, yo quiero mi territorio, queremos que se construya la carretera pero no queremos que afecte al parque Tipnis. El marchar con mis dos hijos ha sido difícil, porque como madre me duele ver como sufrían el frío, el hambre pero me siento feliz porque ellos están aprendiendo que le tierra se valora y que los derechos de los pueblos indígenas se tienen que respetar. También quiero agradecer al pueblo paceño que nos recibe con tanto cariño pero que también nos enviaron las frazadas, la ropa y la comida para nuestros niños”.
Vidal Yugo: “Por las futuras generaciones”
“He estado desde que se ha iniciado la marcha en la capital de Trinidad hasta llegar la Sede de Gobierno. Se ha pasado hambre, frío y hasta hemos perdido a dos hermanos en el camino, pero estamos con la firme decisión de lograr que el Gobierno nos atienda los nueve puntos de nuestras demandas. Por esa razón es que el Tipnis se ha movilizado como punta de lanza y así sucesivamente y así todos los territorios de la región nos vamos a mantener hasta las últimas consecuencias para defender nuestro territorio, los recursos naturales y las áreas protegidas. Estamos marchando en nombre de las futuras generaciones que queremos que respiren aire puro”.
Ángela María Masugo: “Queremos de una vez diálogo”
“Nos sentimos contentos, estoy llorando de emoción por este recibimiento, el cariño de los paceños y que le demuestran al Gobierno que así no se gobierna, discriminando a los pueblos indígenas. Más al contrario, creo que todo el pueblo boliviano está de acuerdo que de una vez el Gobierno acepte el diálogo para poder resolver punto por punto las demandas en nuestra plataforma. La represión en Chaparina, es otra de nuestras demandas, queremos que se haga justicia, para nosotros no se olvidará nunca porque realmente fue la prueba de la traición de este Presidente indígena a los pueblos indígenas, ningún gobierno hizo esto”.
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