La Paz hospitalaria con marchistas
El movimiento indígena llegó ayer a La Paz en medio de gestos de cordialidad y solidaridad, que contrastó con la actitud hostil de los sectores sociales que movilizó el Gobierno y se concentraron en la Plaza Villarroel.
Volvió a relucir el espíritu de acogimiento del ciudadano paceño. Entre banderas blancas y tricolores, en medio de aplausos y gestos elocuentes de aprecio, los marchistas del Tipnis coronaron la última etapa entre Urujaru y La Paz, para poner fin al peregrinaje de 62 días de caminata desde el llano al altiplano.
Los sobresaltos estuvieron a la orden del día, porque a último momento se decidió cambiar la ruta, en razón a que la contramarcha, con más ánimos belicosos que apoyó al Presidente, venía en sentido contrario y les obligó a hacer un paréntesis en la caminata y luego tomar otra vía alterna.
Los marchistas llegaron a las 15.30 a la Plaza Murillo, pero los policías les impidieron el paso y menudearon los insultos y empujones mientras algunos les lanzaban monedas a éstos en alusión a que se habían vendido al Gobierno por migajas. Al final se trasladaron a la Plaza San Francisco y en horas de la noche decidieron instalar sus carpas en la Universidad mayor de San Andrés.
Por contrapartida, la marcha de apoyo al Gobierno se caracterizó por la intemperancia de los marchistas que pretendieron acallar las críticas a plan de chicotazos.