La corrupción continúa y se moderniza

Como no podía ser de otra manera y por el hecho de que en estos últimos tiempos todo sube de precio, comenzando por los alimentos, ropa, artefactos eléctricos, material de construcción, etc., la invencible e invicta corrupción también sube y hasta se moderniza.

Algunas denuncias públicas difundidas en periódicos locales dan cuenta de que la conocidísima “coimisión” en contratos de obras públicas, profesionales leguleyos, constructores, “estudios”, consultorías, etc., ha subido también de precio: del 10 al 20 y un poquitín más por ciento. Y reiteramos: no podía ser de otra manera… si todo ha subido, la corrupción también tenía que ir en alza y, por qué no, modernizarse.

En toda época preeleccionaria no hay candidato que no ofrezca en su plan de trabajo “una lucha frontal” contra la corrupción, una “total erradicación” y un ejemplar castigo “caiga quién caiga”. Pasa el tiempo, esos simpáticos prometedores obtienen el poder político y cuando intentan (si es que lo hacen) luchar contra ese mal casi generalizado, resulta que todo sigue igual o peor que antes.

Siempre basándonos en publicaciones periodísticas, comentarios radiales y noticieros de TV, los hechos de corrupción no cesan. Todos los días hay noticias referidas a la vulneración de leyes, abusos de confianza, contratación para realización de obras públicas con millonarios sobreprecios, estafas, elevadas “coimisiones” y novedosos “cuentos del tío”.

Entre todas esas informaciones que sorprenden por la originalidad, creatividad, picardía e ingenio, sobresalen unas sobre otras. Han sido denunciados casos como los siguientes:

-Un ciudadano quiso dejar o dejó a su vecino una bolsa con casi medio millón de dólares “para que se lo cuide”, mientras él iba de paseo o de compras al mercado.

-Varios viajeros fueron sorprendidos llevando en su equipaje entre cien mil o más dólares en billetes nuevos, “verdecitos” y sin doblar. Los detenidos no pudieron explicar el origen del dinero y no conocimos el final de esos casos porque las noticias llegaron sólo hasta esa instancia. ¿Tal vez siguen “en proceso de investigación”?

-Son interminables las noticias sobre adquisiciones irregulares de terrenos para edificaciones sociales y construcción de obras públicas con los “sagrados” sobreprecios y las jugosas “coimisiones”.

-Ni qué decir de contratos dolosos para publicaciones millonarias y lujosas referidas a realización de obras en municipios provinciales y pequeños, concertados con noveles “escritores” de tierra adentro que a su vez subcontratan a otros para que redacten sus apuntes y hasta “se los investiguen la historia del lugar”. Conocimos un caso de estos en Sud Yungas, en el que la suma de dinero que figuraba inicialmente en el POA municipal, fue quintuplicada (de 30 a 150 mil Bs.) sin observación o tal vez desconocimiento de los inútiles fiscalizadores del Comité de Vigilancia. El caso (junto a otros), fue denunciado a las oficinas de “transparencia” de La Paz, pero… todo quedó también hasta hoy “en proceso de investigación”.

-Otro caso interesante: un ciudadano x consiguió “un contratito” para pintar una pequeña oficina estatal. Con parte del dinero que cobró por adelantado contrató a varios obreros, los mismos que realizaron excelentemente la obra por unos cuantos pesos. Con el dinero restante (ganancia líquida), se compró un cochecito “chuto” de segunda o tercera mano ¿qué tal?

-Últimamente el Ministerio Público actual investiga la contratación de algún abogado por un valor de más de 140.000 dólares (pago de honorarios) para la tramitación de juicios civiles, suma que no coincide con el arancel del Colegio de Abogados. ¡Oh, Justicia, las cosas que se hace en tu nombre!

Hay mucho más… pero por hoy basta (de inflamarnos el hígado).

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Nuestros políticos (o politiqueros) seguirán prometiendo luchar contra la corrupción; los bolivianos seguiremos legalizando con nuestros votos cuanta elección se les ocurra a los encumbrados en el Poder; la corrupción seguirá creciendo como la levadura en los hornos; y el mundo seguirá dando vueltas.

Y para terminar, diremos que existen algunos momentos en los que parecen tener cierta razón los que repiten eso de que “el vivo vive del zonzo y el zonzo de su trabajo” (o de su jubilación).