Marchistas se mantienen pacíficos pese a agresiones

Desde el inicio de su recorrido, la novena marcha indígena, recibió una serie de agresiones en contra suya, desde insultos que los acusaban de “vendidos, pagados, derechistas y golpistas”, hasta gasificación por parte de efectivos policiales, cuando la columna arribó a la ciudad de La Paz.

Cuando la columna indígena llegó a la Sede de Gobierno, un grupo de cocaleros de los Yungas salió a recibirlos en la zona de Villa Fátima, para insultarlos y arrojarles basura. Sin embargo, pese a estas agresiones, los marchistas se mantuvieron pacíficos y no reaccionaron con violencia ni con venganza.

“No podemos reaccionar ante estas cosas, no vamos a caer en ese juego, sabemos que son sectores que fueron pagados por el Gobierno y no tenemos porqué reaccionar”, decía en la oportunidad, el dirigente de la Cidob, Lázaro Tacoó.

Cuando ingresaron al centro paceño, vieron obstruido su paso hacia la Plaza Murillo por un contingente policial, que los gasificó y los empujó para que no se acercaran al Palacio Quemado. Esta vez, los comunarios también mantuvieron su postura pacífica y se retiraron a la Plaza Mayor de San Francisco para a participar en el acto de bienvenida preparado por la Alcaldía.

Un día después de su llegada, nuevamente un grupo de personas presuntamente afines al Movimiento Al Socialismo (MAS), intentaron agredir a quienes participaban de la vigilia instalada en las puertas de la catedral San Francisco. Los miembros de la guardia indígena intentaron proteger el campamento con sus flechas pero no atacaron a los agresores.

Finalmente, en la víspera, cuando en una nueva movilización, los marchistas decidieron intentar ingresar a la Plaza Murillo, otra vez fueron recibidos por un grupo de aproximadamente 200 uniformados que cercaron el lugar.

“No reaccionemos hermanos, no echemos a perder la lucha que estamos haciendo, nosotros somos pacíficos, hagámoslo por los niños que están acá”, dijo el presidente de la Subcentral Tipnis, Fernando Vargas a los comunarios.