Las políticas de nacionalizaciones que conducirán al país a algo más que a precipicios de la economía, tienen como acompañantes a las malas o pésimas inversiones que fueron hechas, seguramente a título de que “sólo debemos producir nosotros lo que necesitamos”. El año 2007, en medio de gran jolgorio y expresiones optimistas en grado extremo, en Villa Tunari se inauguró la empresa Papelbol, una organización que, se dijo, reemplazaría con su producción todas las importaciones de papel que precisamos.
El costo, nada menos que 14 millones de dólares, aseguraba el reemplazo de más de 33 mil toneladas de papel que importamos anualmente; se dijo que la fábrica de papeles crearía alrededor de cinco mil puestos directos de trabajo y más de 600 indirectos. Su precio, sin licitación pública alguna, es tan alto que bien pudo haber servido para la construcción de muchas escuelas y hospitales bien equipados, a más de muchas obras menores que el país requiere construir para iniciar un despegue contra la pobreza.
Los casos en los que “invertimos en aras de una economía de Estado”, son cuantiosos; y si de ejemplos se trata, está el caso de los hidrocarburos, que no tiene inversionistas por falta de garantías jurídicas o, simplemente, porque así conviene a las empresas que se “nacionalizó” en mayo de 2006, lo que, en realidad, sirvió sólo para consolidar su situación de explotar lo que puede y conservar, casi como a título de propiedad y reserva, las concesiones gasíferas que explotan. El otro caso es el de las redes de teléfonos e Internet que, comparativamente con las similares de todo el mundo, son carísimas; pero, como hay que aprovechar la situación de necesidad y pobreza de un país muy pobre como es Bolivia, se permite todo y cada quien en ocasión que se le presente, aprovecha para incrementar grandemente sus utilidades. Conviene no olvidar que el gobierno del MNR concedió a Entel italiana el derecho al monopolio que disfrutó por muchos años.
¿Cuánto y hasta dónde se llegará por la falta de gestión y buena administración del país para que se abuse como ocurre con estafas como lo ocurrido con Papelbol que, no obstante el tiempo transcurrido, no se da alguna explicación? Obras con sobreprecios o precios excesivamente altos e incomparables con las vigentes en el mercado internacional, tienen cabida en nuestro país sólo por las políticas del “dejar hacer y dejar pasar” que tan displicente e irresponsablemente se practica.
Sería interesante -así sea sólo por curiosidad y hasta por salvar la parte de responsabilidad que compete al Gobierno- que se publique listas pormenorizadas de inversiones al aire o, mejor, estafas hechas al país en las últimas décadas a título de “inversiones con grandes posibilidades de éxito” y suficientes para combatir “drástica y enérgicamente a la corrupción y la pobreza”. Seguramente que el monto “invertido al aire” suma muchos millones, en contra inclusive de muchas deudas que no pagamos a organismos internacionales (caso de la FAO) que debemos y que impide recibir ayudas y asesoramiento técnico en el campo de la alimentación. Hay mucho, muchísimo por descubrir de lo malo ocurrido con inversiones o engaños y estafas en los que ingenuamente -¿o interesadamente?- caímos los bolivianos debido a situaciones de corrupción con las que se comprometió la fe del Estado boliviano.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |