Hace pocas semanas se informó que la Gobernación de Cochabamba entregó alrededor de cien toneladas de alimentos a niños de trescientos centros infantiles. Se trataría de raciones donadas a su vez por alguna organización internacional que también habría recibido los mismos de instituciones privadas que destinan parte de sus recursos a ayudar a entidades infantiles del Tercer Mundo. Lo hecho en Cochabamba sería la culminación de una cadena de solidaridad que esperaría, a su vez, que entidades similares actúen en pro de albergues que casi normalmente viven sujetos a mínimos presupuestos.
Si bien es de agradecer el gesto de quienes hicieron los donativos, hay que ponderar que la Gobernación los haya entregado con la oportunidad debida porque muchas veces ha ocurrido que partidas similares han sido dispuestas y hasta vendidas en los mercados de abasto tan sólo por falta de controles. Sería interesante que la Gobernación o Prefectura informe con detalle sobre las medidas que haya adoptado para que los niños que albergan esos centros hayan recibido efectivamente las raciones y, además, si se ha hecho los registros correspondientes.
Todos los programas alimenticios podrían cumplirse con normalidad si es que hubiese buena y honesta administración por parte de los encargados; lo importante sería, en todo caso, que esas partidas sean resultado de los presupuestos que deben ser reforzados y pedir a instituciones extranjeras que si desean cooperar con nuestros niños y adolescentes, en vez de hacerlo sólo con alimentos, donen vituallas, útiles escolares y material para artes y oficios que, acompañados por pequeñas partidas alimentarias, podrían resultar convenientes para la educación y formación de esos niños que precisan orientación vocacional.
Valdría la ocasión para que cada Gobernación y alcaldías en la parte que les corresponda, informen pormenorizadamente sobre la atención que cumplen en albergues, hospicios, etc. que alojan a niños; hay colegios de formación (caso Méndez Arcos en La Paz) que cumplían buena labor en el pasado, pero que, por ausencia de controles y mala administración, han disminuido notablemente sus servicios en pro de niños y jóvenes que precisan de esos centros para encaminar su vida futura.
Contar con datos precisos y darlos a conocer a instituciones extranjeras contribuiría notablemente a que se pueda planificar este tipo de servicio social que, complementado con lo que puedan cumplir UNICEF y otras instituciones dedicadas a la salud y la educación, podrían alcanzar éxitos notables, especialmente si se respeta la dignidad y personalidad de los beneficiarios que, muchas veces, son atacados por complejos debido a que reciben ayudas comunitarias o institucionales.
Finalmente, lo importante es que los donativos -especialmente de alimentos y medicamentos- no sean dispuestos por el amplio mundo de la corrupción que dispone de ellos para ser revendidos en forma particular o mediante mercados de abasto, como actualmente ocurre con queso, mantequilla y otros que, aun signados como donación y se prohíbe su comercialización, son vendidos en los mercados. Una inspección a esos sitios en todo el país, mostraría que hay productos procedentes de donativos que son objeto de comercio y no cumplen los fines para los que fueron destinados.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |