Luego de gases y agua, decepción y frustración

El pasado jueves 5 de julio queda en la memoria de los habitantes de nuestro país, como prueba del mayor ensañamiento que haya habido contra los indígenas del TIPNIS que, como ya es conciencia en todo el pueblo, sólo reclaman que no se pisoteen sus derechos y que haya consideración, amor y respeto por la vida de sus hijos.

Los policías, autores de los abusos, se justifican: “sólo cumplieron ordenes del gobierno” y procedieron a gasificar a niños, mujeres e integrantes de la marcha, como añadido, un carro Neptuno se encargó de mojarlos con grandes chorros de agua sin considerar la presencia de niños enfermos ni de personas mayores que no tenían por qué soportar humillación y tortura semejante.

Los indígenas del TIPNIS que cuentan con el apoyo y la solidaridad de todo el país y también de la comunidad internacional, anunciaron que en vista de no haber ninguna respuesta del gobierno a sus demandas, retornarán decepcionados y frustrados a sus poblados. Alegan que no pueden continuar en una situación total injusticia y de atropello a sus vidas. Creen que, como bolivianos, merecían consideraciones y respeto del gobierno; pero, encontraron que la posición del ministro de Gobierno y otras autoridades se hizo cada vez más dura hasta hacerlos desistir de su decisión de quedarse hasta conseguir algún resultado para sus demandas; además, decepcionados por la actitud discriminatoria del Presidente.

Efectivamente, lo ocurrido colmó de angustia a toda la población del país al espectar por canales de televisión cuadros patéticos de abuso y dolor en niños y mujeres; carreras de uno a otro sitio para evitar los efectos de los gases y los gruesos chorros de agua fría. Para colmo y como añadido a todo el abuso, se lamentó la presencia de humo negro que hizo daño a los niños porque les produjo más tos de la que tenían.

¿Qué pasa realmente con el gobierno? ¿Es que la negativa del Presidente para dialogar con quienes él considera sus hermanos ha llegado al temor de enfrentarlos aunque hay las condiciones de paz y concordia para convenir y concordar posibles remedios a la situación planteada? ¿Cuándo se ha visto en la historia del país que el ensañamiento y los miedos político-partidistas lleguen a los extremos que se ha espectado el jueves 5 de julio? La población reconoce también que algunos integrantes de la 9º marcha han llegado a excesos condenables contra los policías y, lo peor, se hayan infiltrado personas que, de todos modos, buscan causar más daño del que se padece.

Cuánto dolor y angustia han causado policías que, olvidando sus propias falencias y desatención por parte del gobierno, se han prestado a acciones que ellos nunca debieron protagonizar. Habría que preguntar a los autores intelectuales y materiales si ellos tienen hijos. ¿Cabría en sus mentes y corazones que se veje, abuse, lastime y hiera a sus esposas e hijos tan sólo por revanchismos partidistas o por la imposibilidad de dar solución a un caso que sólo requiere comprensión, amor, respeto y caridad con los derechos ajenos? Tratar este tema será, una vez más, causa para acusaciones de golpes ficticios que se inventan los encargados de velar por la seguridad del gobierno; pero la costumbre hace que este tipo de abusos de la policía y sus integrantes se haga común aunque esta vez se ha llegado a los extremos más condenables y ajenos a la función que debe cumplir la institución policial.

Todo lo ocurrido en estos días -y acciones similares que podrían producirse en cualquier sitio del país- no es conveniente que se repitan; es urgente entender que ni el gobierno ni las partes afectadas pueden llegar a los extremos lamentados, habida cuenta que todos, sin distinción alguna, buscamos concordia, paz y entendimiento entre todos los bolivianos. Respetar y amar a los niños debe ser consigna general y propósito cardinal de todos; de otro modo, se estaría atentando contra lo que es el presente y futuro del país.

Dios, en su inmensa misericordia, seguramente paliará los sufrimientos de quienes han sufrido los hechos del jueves 5 de julio; por su parte, la población del país vivirá dolida y conmovida por el abuso y la insanía demostrada con gentes inocentes que sólo buscaron se escuchen sus demandas y que los principios de equidad y justicia sean realidad en favor de los indígenas del TIPNIS que, esta vez como nunca, son portadores de los sentimientos de toda la población.