La toma de una base militar por parte de un grupo de indígenas y el derribo de un avión de la Fuerza Aérea supuestamente por las FARC en el departamento del Cauca agravó ayer el conflicto armado que vive Colombia desde hace casi 50 años.
Después de que ayer el presidente Juan Manuel Santos anunciara en una visita al Cauca que no desmilitarizará esa zona, una de las más violentas del país, y pese al pedido de los indígenas que viven entre el fuego de la guerrilla y el ejército, los nativos tomaron la justicia por sus manos.
Decenas de indígenas desalojaron a las tropas que protegían un cerro con antenas de telecomunicaciones cercano a Toribio, localidad en la que ayer Santos celebró un consejo de ministros para analizar la difícil situación que se vive en el suroeste de Colombia y donde fue recibido por los nativos con abucheos.
El suceso acabó con la vida de los dos tripulantes: el teniente Andrés Serrano Lemus, un piloto de 29 años, y su acompañante, el técnico primero Óscar Raúl Castillo Moncaleano, de 38 años.