Punto aparte
Con mucho acierto, la Municipalidad de La Paz decidió planificar el desarrollo de esta capital para los próximos 40 años. Esto significa administrar y no incurrir en precipitaciones y menos en la improvisación.
Por tanto, el propósito es plausible y mucho más desde el momento en que abre la posibilidad de captar iniciativas. En efecto, con tal motivo, la Oficialía Mayor de Planificación para el Desarrollo realizó la semana pasada un taller sobre la problemática del transporte.
En la ocasión se examinaron tres áreas: infraestructura y red vial, transporte y tráfico, y control. En general, se llegó a la conclusión de que el sistema de transporte actual no satisface las necesidades de los usuarios, tanto en calidad, como en infraestructura y en funcionamiento.
El diagnóstico parece correcto, pero no llegaron a plantearse iniciativas encaminadas a resolver esos problemas. Por lo demás, el fenómeno no es exclusivo de La Paz. Según estudios de la CAF (Corporación Andina de Fomento), quince ciudades principales de América Latina confrontan similares complicaciones: desajustes e insuficiencias, por el crecimiento de la población y del parque automotor.
En el caso de La Paz, la situación empeora, porque tiene reducido espacio físico, al hallarse flanqueada por dos cadenas montañosas, que no le permiten expandirse como una urbe de desarrollo normal. El hecho de que tenga laderas, saturadas de viviendas de precaria construcción y, en buena parte, carentes de servicios básicos, empeora su perspectiva de crecimiento.
La mayor posibilidad fáctica que le queda a La Paz es seguir urbanizándose hacia el sur, abarcando toda el área de Río Abajo. La contraparte, sin embargo, es que se agrandan las distancias. Esto puede subsanarse ahora sólo con el transporte automotor, pero ocasionando grandes congestionamientos para llegar al centro de la ciudad.
No es nuevo hablar de la urgencia de recurrir a la construcción de un tren elevado de doble vía. Se hizo ya, pero, cabe volver a la idea. Y empezar a construirlo -cuanto antes- será mejor. Si en el mencionado taller se reconoció que la actual infraestructura es insuficiente para articular las actividades de la ciudad, lo que corresponde es aplicar una solución real y efectiva.
La Municipalidad de La Paz actualmente es sujeta de crédito, de manera que puede obtener financiamiento en el exterior, con el mayor justificativo que puede argüir: resolver, a mediano plazo, el problema del transporte urbano de La Paz. El riesgo que corre es que en cinco años más puede llegar al colapso, si persiste con el empleo exclusivo de automotores.
Al margen de resolver una cuestión tan apremiante como esta, deberá considerarse que un servicio ferroviario reduce el costo del combustible -diesel- a un tercio, según los expertos. Es ecológico, tiene capacidad de transportar, sin crear congestionamiento alguno, a centenares de personas en menor tiempo y en condiciones de mayor seguridad, calidad y eficiencia, si acaso se lo dota de una buena administración.
Algunos expertos y políticos han formulado ya la propuesta ferroviaria y es probable que la propia Municipalidad tenga un estudio completo al respecto. Por tanto, no se trataría de empezar de cero, sino de tomar la decisión política y ponerse manos a la obra, acogiendo, además, cuanto aporte institucional y personal exista al respecto.
En forma paralela al tren elevado, que cubriría el servicio de sur a norte de la ciudad, podrá continuar operando el transporte automotor. Así, habrá lugar a la elección del servicio que se prefiera.
Según los estudios de la CAF, el transporte motorizado consume grandes cantidades de energía. Los accidentes de tránsito son un grave problema de salud pública. Ocupa gran cantidad de espacio, tanto en circulación como en estacionamiento. El tiempo de desplazamiento es un recurso escaso para todos. Y la contaminación creciente de ingredientes fósiles afecta al clima y a la salud.
No siempre es grato plantear contraposiciones, pero cuando se trata de un servicio público de vital importancia, es pertinente hacerlo, para barajar cuanta opción exista.
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