Insurgentes sirios lanzaron ayer cohetes contra tanques del ejército en barrios residenciales de Damasco en el segundo día de los combates más intensos en la capital y los más cercanos a la cúpula de gobierno sirio en 16 meses de virtual guerra civil en Siria.
Con el frente diplomático también al rojo vivo, Rusia acusó al Occidente de “chantaje” por tratar de que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe una resolución que permita el uso de la fuerza contra Damasco para poner fin al conflicto y agregó que “no es realista” que el presidente sirio, Bashar Al Assad, deje el poder.
Vídeos amateur subidos a internet mostraron imágenes de columnas de humo sobre los cielos de Damasco, con el incesante ruido de disparos como fondo. Los combates dejaron calles desiertas en un conjunto de barrios del sur de la capital, de donde ya huyeron familias enteras, dijeron residentes y opositores.
Damasco sufrió esporádicos enfrentamientos en meses recientes, aunque las fuerzas del gobierno mantienen claramente el control de la ciudad. Sin embargo, en varias áreas suburbanas la violencia ha ido en aumento, con frecuentes ofensivas del ejército contra grupos armados que cometen ataques contra distintos objetivos.