Un regalo para La Paz

Hace 40 años el alcalde Ronald MacLean anunciaba el proyecto del Teleférico La Paz-El Alto, el que por diferencias políticas no se pudo realizar. Después otras gestiones municipales lo usaron como bandera política, pero con simples promesas. El actual municipio también puso en discusión el proyecto del teleférico, pero sujeto a una serie de circunstancias, que no dieron lugar a que se concrete esta obra para facilitar el transporte de la población, ya que a diario se desplazan con dificultad 400.000 personas desde El Alto hasta la ciudad, para llegar a sus empleos.

En horario nocturno, en diversas zonas de la ciudad pasajeros hacen largas filas para conseguir vehículos de transporte que los lleven a sus hogares. El Alcalde paceño, consciente de esta realidad, intenta una solución combinada, con la dotación de flotas de buses de transporte masivo. En tal sentido, el Gobierno anunció la construcción del Teleférico La Paz-El Alto en vísperas de las fiestas julias, como un regalo muy esperado, ocasionando alegría, ya que la sede del Gobierno nunca tenía apoyo efectivo, estando los paceños resignados a su suerte.

Pero no faltaron agoreros y políticos que empezaron a poner piedras en el camino, por ello los nacidos en esta tierra, a quienes no les interesan los colores políticos, no aceptaremos más obstáculos. Sabemos que la licitación exigida por ley demoraría la realización de la obra y podría llevarla al fracaso una vez más. Algunos alegan que el precio es sobredimensionado con respecto a otras obras efectuadas en Venezuela y Colombia, es posible, pero no olvidemos que la topografía de esos países es menos complicada que la que tiene La Paz en una altura de 3.500 sobre el nivel mar, por lo que su costo elevado es comprensible.

Otro sector social que siempre se ha opuesto al progreso de La Paz es el de transportistas urbanos, alegando que les quitan sus empleos. Pero la paceñidad no olvida que hace años, cuando se iba a licitar la construcción del tren urbano elevado, planificado para llegar de la calle Bueno, entre Camacho y Federico Zuazo, hasta la calle 27 de Calacoto y la zona de la Florida a la altura de Las Cholas, recorriendo la ruta de canalización del río Choqueyapu, con un costo de 75 millones de dólares, dichos transportistas hicieron resistencia, con el argumento de que perderían fuentes de empleo, por lo cual quedó en nada dicha construcción.

Ahora este mismo sector de transporte pone reparos a la construcción del teleférico La Paz-El Alto. Ante esta actitud las Juntas vecinales tienen que reaccionar en defensa de miles de habitantes pobres de las laderas y El Alto. El decreto establece contrato directo con una empresa austriaca para la construcción de tres tramos y estaciones y si se llega a utilizar terrenos de propiedad privada, se pagará por expropiación según la ley, por ser de necesidad y utilidad pública. La administración del teleférico será estatal ya que los fondos los presta el Banco Central, con desembolso del Fondo de Reserva por valor de 234 millones de dólares.

En el proyecto el factor tiempo es invalorable, porque el traslado en teleférico es en promedio de 13 a 15 minutos como máximo, favorable para el usuario que trabaja; en ese tiempo no se llegaría con transporte motorizado.

Al ciudadano no le interesa el protagonismo político cuando se trata de su progreso y no permitirá que ocurra lo mismo que sucedió con el Proyecto Múltiple del Bala, que aun con decreto supremo aprobado no se realizó.

El autor es ex docente de la Umsa.