Los documentos de la revolución del 16 de Julio

Gesta heroica por el comportamiento de los alzados, la revolución del 16 de Julio es, también, un movimiento orientado y claro; prueba de ello es que se produjeron documentos medulares para el porvenir de la lucha por la emancipación. Ideas meditadas para ponerlas en práctica de inmediato, pues no pensaban en el fracaso del movimiento. Dos son los documentos fundamentales: la Proclama de la Junta Tuitiva y el Plan de Gobierno, que nos permiten comprender el pensamiento de los revolucionarios.

LA PROCLAMA DE LA JUNTA TUITIVA

Es un documento breve, elegante y sustancioso, en el que se unen la claridad del pensamiento y el fervor revolucionario de quienes la producen, orientándola hacia la independencia de América. Estas tierras son nuestras, de los que hemos nacido en este suelo, y nuestro debe ser también el gobierno, es el postulado inicial. Se inicia con un vigorosa afirmación: “Hasta aquí hemos tolerado…”. Con esto se señala un antes y un después, el fin del coloniaje y el inicio del gobierno de los mestizos americanos, para poner las cosas en su lugar, sin medias tintas ni vacilaciones. Quienes deben gobernar son los nacidos en esta tierra, pues conocen su realidad.

Continúa: “(…) una especie de destierro en el seno mismo de nuestra patria”. Idea que habla de la injusta situación del americano, que vive sin tener los plenos derechos que la Patria confiere a los nacidos en su suelo. El mestizo es considerado como de segunda calidad ante la mente colonial.

A continuación busca sacudir la fibra íntima del sentimiento nacional de sus paisanos, al recordarles que la conquista de la América carece de títulos legales, porque se produjo en una guerra injusta y de conquista, sin provocación de los conquistados a los conquistadores. Situación que fue vista con indiferencia por los nacidos en esta tierra, hasta el momento en que, gracias a la educación, toman conciencia de su situación, y ven que son la mayoría de los habitantes del país. “(…) Hemos visto con indiferencia por más de tres siglos, sometida nuestra primitiva libertad, al despotismo y tiranía de un usurpador injusto, que degradándonos de la especie humana, nos ha reputado por salvajes y mirado como esclavos” (…).

Redactada con sentencias breves y contundentes, llama a la toma de conciencia de la situación humana y política de criollos, mestizos e indios, pidiéndoles que dejen de actuar con estupidez y silencio para alzarse con coraje en la recuperación de sus derechos. Luego muestra la médula del documento: “Ya es tiempo de organizar un sistema nuevo de gobierno”. Aquí está el centro del pensamiento y de la acción que han de emprender los redactores de la Proclama. Derrumbar el viejo orden y levantar uno nuevo, basado en la libertad, la justicia y la fraternidad de los habitantes de estas tierras. Para eso se debe mirar la realidad social en la que se vive, y examinar los intereses que los americanos tienen para hacer un programa de gobierno que satisfaga esas expectativas.

Hace un llamado a los habitantes de la ciudad, del Departamento y del Perú para que se levanten. Esto es extraño, pues entonces, 1809, la Audiencia de Charcas, y con ella La Paz, estaba bajo la jurisdicción del Virreinato de Buenos Aires. Es que los revolucionarios miraban la situación con ojos mestizos, cuyas raíces indias están más relacionadas con el Perú que con el Virreinato del Plata. Probablemente, también pensaban en las personas que vivían en otras partes de la América, pues las miras de esta Proclama son más amplias que las delimitaciones territoriales de ese entonces.

Finalmente pide que la acción proyectada aproveche las circunstancias políticas en que está sumida España, ausencia de rey y otras circunstancias favorables, que garantizan éxito al levantamiento.