Para nadie es de extrañar que los medios de comunicación administrados por el Estado a través del Ministerio de Comunicación, tienen una marcada línea editorial oficialista. Ayer la propia titular de esa cartera de Estado confirmó que la Agencia Boliviana de Informaciones (ABI), es un instrumento político que sirve para defender el denominado proceso de cambio.
En el encuentro de la Unión Latinoamericana de Agencias de Noticias (ULAN), desarrollado en instalaciones de la Vicepresidencia del Estado, representantes de medios estatales de la región expusieron criterios sobre la situación de la prensa en la relación con la política de los regímenes de gobierno. En el caso de los países alineados al bloque del denominado Socialismo del siglo XXI, los periodistas aseguraron que son instrumentos destinados a difundir la gestión de cada gobierno.
En tal sentido, la ministra Dávila confirmó la instrumentalización que hace el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) sobre los medios estatales como canal siete, radio Patria Nueva, el periódico estatal y sobre todo, la ABI a la que se refirió como un “instrumento político para defender el proceso de cambio” y por la cual se difunde la información “sobre la verdadera labor y gestión del Gobierno”.
Ante este panorama, el presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) Antonio Vargas, deploró estas afirmaciones por considerar que los medios de comunicación, así sean aquellos que son sustentados por las arcas públicas, porque la prensa se caracteriza por su carácter imparcial y objetivo.
“Los medios y agencias estatales no deben ser extensiones de los aparatos de propaganda de los gobiernos del proceso de cambio”, dijo.
Otra expresión que generó polémica ayer, fue la manifestada por el representante del medio estatal del gobierno del mandatario Hugo Chávez, Agencia Venezolana de Noticias (AVN), Freddy Fernández, aseguró que los gobiernos no han conferido la potestad a los medios de comunicación para fiscalizar las actividades de los regímenes de turno.
Estas palabras causaron reacción en los periodistas bolivianos que fueron a realizar la cobertura de este encuentro, porque manifestaron que tanto la libertad de expresión como la libertad de información fueron derechos ganados por el gremio, incluso con sangre derramada en la época de las dictaduras donde fiscalizar la administración de la cosa pública era reprimida con bala y tortura.
Durante los últimos gobiernos, los medios estatales jugaron un rol eminentemente oficialista como sucedió en 2003 cuando el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), tenía el control de la Unidad de Comunicación (Unicom) que transmitía los debates del Congreso Nacional, pero cortaba la emisión cuando los diputados del MAS, incluido el actual presidente Evo Morales, hacían uso de la palabra.
Con la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada, el gobierno de Carlos Mesa, impuso una línea imparcial, pero de otro lado, el propio mandatario estableció un espacio televisivo de diálogo semanal para impulsar su gestión.
La transición del presidente Eduardo Rodríguez Veltzé no varió la línea de los medios estatales cuya programación incluía 80 por ciento de producción “enlatada”. Desde 2006, el gobierno de Evo Morales aseguró que iba a amplificar los medios gubernamentales con la creación de radios comunitarias, así como implementar un aparato de propaganda tanto en la radio estatal como en la televisora que cuenta con señal satelital internacional, más adelante se creó el periódico oficialista.
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