Oscar Espinosa García
I
La provisión de transporte público es un servicio público, como lo son los de salud, dotación de agua potable, energía eléctrica, alumbrado público, recojo de basura y otros. Los proveedores de un servicio público tienen que hacerlo siguiendo ciertas normas de calidad y seguridad. Esto es muy claro en el caso de la provisión de agua potable, donde la empresa contratada o creada para dotar este servicio, tiene que hacerlo bajo estrictas normas de calidad.
En otros países el servicio de transporte público es provisto en estas condiciones, esto es más categórico cuanto más avanzado es el país. Así, los proveedores tienen que proporcionar vehículos que ofrezcan a los usuarios seguridad, comodidad y funcionalidad, deben cumplir frecuencias y horarios y dar servicios especiales para discapacitados y ancianos.
El servicio de transporte público en las ciudades de La Paz y El Alto es ofrecido por numerosos proveedores individuales que operan mayormente vehículos de baja capacidad de transporte de pasajeros, como minibuses, microbuses y automóviles. Los minibuses (14 y 7 asientos) constituyen la mayor parte de los vehículos de transporte público y junto con los taxis dominan el sistema de transporte público de rutas fijas. En la práctica es el sistema de transporte masivo de la ciudad. Los buses tienen poca presencia en el servicio de transporte público. Existe prácticamente una sola línea de buses, que hace el servicio entre la plaza del Obelisco y la Ceja del Alto.
Los operadores de transporte público están organizados en sindicatos, asociaciones y cooperativas. Las organizaciones más antiguas son los sindicatos. Ellos fueron los que crearon el servicio de transporte público en la década de los 40 del Siglo XX. Hasta 1982, los sindicatos recibieron del Gobierno un fuerte apoyo, principalmente en la forma de subsidios y liberación de impuestos. Hasta ese año tenían el monopolio sobre el transporte público, ya que para operar un vehículo era obligatorio pertenecer a un sindicato. De esta manera controlaban la entrada de operadores, la asignación de rutas, la calidad del servicio y tenían capacidad para imponer tarifas.
La operación del transporte público es irregular. Los microbuses son lentos, mientras los minibuses y otros vehículos públicos son conducidos con excesiva velocidad. La congestión del tráfico, los vehículos viejos, las frecuentes paradas que hacen los conductores y la sobrecarga de los vehículos, causan problemas. No hay frecuencias definidas ni paradas fijas. Los vehículos pueden venir cada minuto, como pueden hacerlo cada 10, 20 ó 50 minutos. En la noche el transporte público se torna completamente irregular, los operadores pueden seguir prestando el servicio de acuerdo con su libre albedrío y retirarse cuando quieran.
La calidad de servicio es muy baja en todos los modos de transporte público. El microbús ofrece 21 asientos y poco espacio para pasajeros parados, pero a veces transporta más de 25 pasajeros, por lo que éstos tienen que viajar con incomodidad. En el minibús de 14 asientos los pasajeros van sentados, pero en condiciones de estrechez y algunos tienen que bajar del vehículo para que otros pasajeros dejen el minibús. El minibús de 7 asientos es un vehículo pequeño e incómodo. El trufi podría llevar tres pasajeros en condiciones cómodas, pero lleva hasta cinco y ahora se han acondicionado vehículos para llevar siete pasajeros en condiciones muy incómodas. El bus ofrece un mejor nivel de servicio que el microbús, porque tiene mayor capacidad y los pasajeros viajan en condiciones más cómodas.
El autor es ingeniero civil y docente de la UMSA.
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