Seguiremos siendo ricos

Buenos días, señog, ¿podría comunicarme con Paulino Huanca?

- No puede atender su llamada, señora, porque se encuentra en el baño festejando la ruptura del contrato entre la empresa india Jindal y el Estado multicolor y folclórico de Bolivia para la explotación del Mutún.

- ¡Qué extraña manera de festejag un acontecimiento en el baño!

- ¡Tía Clothilde von Karajan Quiroga! Hablas con tu sobrino rico a quien le gusta festejar la conservación y el incremento de su fortuna (que también es tuya) de la manera más simbólica: en el cuarto de baño.

- Yo no sabía, sobrino, que tú fueras rico y que tu fortuna podría ser compartida conmigo.

- Es que allí, en Alemania, no se enteran de nada y actualmente viven preocupados por la crisis europea.

- ¿Cómo te convertiste en rico?, si yo sabía que eras un periodista pobre que vives ayudado con la plata de una chola cochabambina que es tu comadre...

- ¡Pamplinas, tía Clothilde, pamplinas. Soy un boliviano rico que en los últimos días ha salvado su riqueza del Mutún, la más rica del mundo que iba a ser explotada por unos miserables indios de apellido Jindal.

- Yo tenía entendido, sobrino Paulino, que se trataba de una importante empresa.

- ¡Mentira, tía Clothilde!, lo que me han dicho los clarividentes colaboradores del presidente Evo es que la Jindal quería “mamarnos” y explotar nuestro hierro del Mutún alimentados energéticamente con nuestro gas.

- Me dejas perpleja, querido sobrino von Paulus. Así que hemos salvado nuestra riqueza, ¿y sabes cuándo nos empezarán a repartir la fortuna que nos corresponde a ti y a mí y a todos nuestros compatriotas bolivianos?

- Eso no sabemos todavía, tía Clotilde, porque primero nuestro amado Evo tiene que gobernar cincuenta años más y entonces recién nos avisará, mientras tanto recuperará nuestras riquezas mineras de los pocos inversionistas extranjeros que permanecen en Bolivia.

- ¡Qué maravillosa noticia la que me das, sobrino! Tú y yo seremos ricos y también todos los bolivianos. Ya nunca más podré escuchar de labios europeos la manida frase de que los bolivianos somos como un mendigo sentado en un trono de oro.

- Nunca más podrán decirnos tal cosa.

- Y como a ti, sobrino, te gusta festejar nuestros acontecimientos felices en tu cuarto de baño, tal vez oigas decir: “Paulino Huanca es un periodista pobre que celebra sentado en un inodoro de oro”.