Oposición combate con sus últimos generales

Mientras el panorama político en el país va tomando forma con la consolidación de coaliciones como la de Samuel Doria Medina y Ernesto Suárez, incluyendo tal vez al partido Verdes de Rubén Costas, la primera fuerza opositora con representación legislativa, Convergencia Nacional (CN), se sume un una división casi terminal, secundada por la persecución política que podría afectar a su último liderazgo, como explica el analista Erick Fajardo.

Según el politólogo y exasesor de esa tienda política, hoy exiliado en EEUU, los jóvenes políticos de CN que vienen llevando el mando de ese partido emprendieron una batalla contra la estructura más dura del Gobierno, llegando a denunciar supuestos nexos de autoridades con el narcotráfico y que ahora estarían en la mira, para que mediante proceso judiciales, sean “sancionados”.

Los diputados de CN son conscientes de las represalias que tienen en su contra, pese a que sus denuncias siguieron la vía legal, presentando documentación ante el Ministerio de Transparencia en 2010.

El jefe de bancada de CN en Diputados, Luis Felipe Dorado, sería la siguiente “victima” de la denominada persecución que ya ha cobrado a 30 altos mandos del partido que fue la apuesta opositora para las elecciones de 2009.

Manfred Reyes Villa, José Luis Paredes, Leopoldo Fernández están en el exilio y en prisión, mientras otros políticos que apostaron a aquella oposición como Branko Marinkovic, Lorgio Balcazar, Guido Nayar y Rubén Ardaya, cuentan con diferentes procesos legales.

Dorado expresó, sin embargo, que continuarán con su gestión fiscalizadora y dijo que “no por jóvenes nos temblará la mano para conducir a la Convergencia en esta coyuntura”.

El exvicepresidente de la República, Víctor Hugo Cárdenas, dijo que no es casual que ningún opositor con aspiraciones políticas esté libre de procesos judiciales en su contra, porque la idea de la estructura del Gobierno es que no exista contrincante frente a un Evo Morales que llegará a las siguientes elecciones con un desgaste propio de dos gestiones gubernamentales, que no han quedado exentas de problemas y conflictos sociales.