Los intentos de los rebeldes sirios de tomar el control de Damasco y Alepo y de las fronteras del país desataron ayer nuevos combates con las tropas gubernamentales, que tratan por todos los medios de aplastar a los insurgentes.
Después de una semana de violentos enfrentamientos en la capital, los choques entre las fuerzas del régimen de Bachar al Asad y los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) se extendieron a la segunda ciudad del país -Alepo-, que como Damasco se había mantenido hasta hace poco relativamente al margen del conflicto.
Uno de los portavoces del ELS dentro de Siria, el coronel Qasem Saadedin, explicó a Efe que su grupo está desplegando un mayor número de brigadas en Alepo con el fin de controlarla en “los próximos días”.
Los enfrentamientos se registraron especialmente en los barrios centrales de Al Yamiliya, Al Meridiyan y Al Zabadiya, así como en zonas del suroeste de la ciudad.