Bagdad.- Una ola de atentados causó ayer al menos 84 muertos y cerca de 300 heridos en una de las jornadas más sangrientas de los últimos dos años en Irak, lo que ha vuelto a poner en evidencia la falta de seguridad en el país.
Bagdad y sus alrededores fueron los más castigados por la violencia, ya que la explosión de ocho coches bomba se cobró la vida de al menos 35 personas e hirió a más de 120, según informaron a Efe fuentes policiales iraquíes, informó Efe.
Uno de los atentados más mortíferos en esta zona se registró contra una base militar ubicada al este de la localidad de Al Doloaiya, 90 kilómetros al norte de la capital, lo que causó la muerte de quince soldados.
Además, en el área de Al Tayi, ubicada a unos 30 kilómetros al norte de la capital, siete personas murieron y otras 28 resultaron heridas por el estallido de tres bombas en distintos puntos.