Bolivar:
Por Johnny Carvajal Gutiérrez
Escribir sobre Bolívar es narrar sobre la grandeza del alma, el carácter estoico del espíritu humano; creer en la superación personal mediante el desapego de sí mismo.
En estas pocas líneas es un honor escribir sobre el hombre cuyo nombre es sinónimo de libertad.
De esta manera llega el Libertador a este mundo “En la ciudad Mariana de Caracas, en 30 de julio de 1783 años, el Doctor Don Juan Félix Jerez y Aristeguieta, presbítero, con licencia que yo el infrascrito Teniente Cura de esta Santa Iglesia Catedral le concedí, bautizó, puso óleo y crisma y dio bendiciones a Simón José Antonio de la Santísima Trinidad, párvulo, que nació el veinte y cuatro del corriente, hijo legítimo de Don Juan Vicente de Bolívar y de Doña María de la Concepción Palacios y Sojo, naturales y vecinos de esta ciudad. Fue su padrino Don Feliciano Palacios y Sojo, a quien se advirtió el parentesco espiritual y obligación; y para que conste lo firmo. Fecha ut supra”.
Sin lugar a dudas, uno de los más grandes hombres que dio la historia mundial es el Libertador Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, genio militar comparable con Napoleón Bonaparte, Julio César, Alejandro Magno, Aníbal, Pedro el Grande, etc.
El destino jugó un papel importante en la vida del Libertador, quedando huérfano de madre a temprana edad, a los tres años, y de padre a los nueve años, nuestro Libertador fue forjando su personalidad y carácter. Un hecho que marcó su vida para siempre y fue el inicio de su personalidad libertadora, fue el deceso de su esposa María Teresa del Toro, al poco tiempo de casado, hecho que derivó en el juramento de Bolívar de no volver a contraer nupcias y de dedicarse con entereza a lograr la libertad de las naciones americanas oprimidas por el yugo español.
Se debe hacer notar la calidad estoica de nuestro Libertador, que pese a todas las desgracias y penalidades sufridas no desfalleció y siguió en la prosecución de sus ideales, ejemplo para todas las generaciones pasadas, actuales y venideras, praxis del sacrificio de los bienes, la familia, la propia integridad física en pos de la victoria del bien sobre el mal.
En la carta que le envió al General Francisco de Paula Santander, se considera: “El Hombre de las dificultades” por los constantes fracasos que venía afrontado y el infortunio en la consecución de sus objetivos; pese a todo esto, el Libertador al igual que un tigre herido, no decayó, más al contrario peleó con mayor entrega e integridad, y era en contraste, el hombre de las grandes soluciones y decisiones, capaz de ganar una batalla cuando ya se la tenía por perdida.
Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu…) y viajando por Europa. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución y conoció personalmente a Napoleón Bonaparte y Alexander Von Humboldt. Ya en 1805 juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su patria de la dominación española. Y, aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal adalid de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos.
“Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”
JURAMENTO DE BOLÍVAR EN EL MONTE SACRO DE ROMA
Este juramento vertido por el Libertador Simón Bolívar, en el Monte Sacro de Roma, cuando tenía apenas 22 años, refleja la entereza de su alma, sus ansias de libertad, su deseo de pelear contra la dominación española y liberar a su patria del despotismo y la esclavitud.
La magna epopeya del Libertador, se compone de: 11 campañas, 37 batallas campales, 472 combates, habiendo 6 veces derrotado, 25 a punto de perder la vida y 2 cerca al suicidio...” Biografía del Libertador Simón Bolívar, Carlos Loaiza Beltrán”.
Bolívar con 500 hombres, ha hecho más prodigios que Napoleón con 500.000, es el gran libertador, cualquiera de sus concepciones: Colombia, Perú, Bolivia, es más vasta que todas las de Napoleón “Biografía del libertador Simón Bolívar, Carlos Loaiza Beltrán”.
De entre todas sus acciones heroicas que protagonizó el Libertador, citaré la campaña militar conocida como “El Paso de Los Andes” casi inverosímil, dada cuenta los medios de la época, es sin embargo, el fiel reflejo tangible de la invencibilidad del espíritu humano, empresa que enalteció su carácter de héroe en todo el sentido de la palabra.
EL PASO DE LOS ANDES
Gran campaña militar de Bolívar, que traspasando los Andes para llegar a Colombia y darle libertad, tuvo que transcurrir 75 días soportando las condiciones climáticas más extremas, penurias y enfermedades; sin embargo, él a la cabeza, vivo ejemplo para su tropa. Cerca a mil llaneros murieron de hambre y frío, esta acción culminó con el triunfo sobre las tropas realistas en la batalla de Boyacá y puso fin a la dominación española en Nueva Granada (actual Colombia).
A Bogotá, llego triunfante con sus fuerzas patriotas, Bolívar es aclamado Libertador, los enemigos han abandonado la ciudad en completa confusión.
De esta manera, se venían repitiendo los triunfos en las campañas y batallas que libró el Libertador, que sin miedo a la muerte desenvainaba su espada y como un soldado más, peleaba con todo denuedo, así el español que se topaba con él, era cortado por su espada, terminaba la batalla y se veía salir de entre ella al General Simón Bolívar, bañado con la sangre realista.
PENSAMIENTO DE BOLIVAR
En general, Bolívar tuvo que compaginar en muchas ocasiones las obligaciones políticas con las militares por lo que muchas veces se ven entremezcladas entre sí. Sin embargo, la trascendencia de sus ideales políticos ha desembocado en un culto al personaje, vigente en muchas naciones latinoamericanas que se consideran herederas de su obra.
Su obra política ha sido analizada principalmente a través de la copiosa correspondencia, informes y discursos que realizó a lo largo de su vida. Así, el Manifiesto de Cartagena, la Carta de Jamaica y el Discurso de Angostura están consideradas sus principales exposiciones políticas.
Es cierto que, como afirma Rufino Blanco Fombona, “Bolívar ejerció el liderazgo de la empresa política "más grandiosa que ha conocido la humanidad", pero el empeño de este hombre no se agotaba en la aventura de destruir colonias y fundar patrias como quien corona territorios. La mayor empresa de Bolívar fue precisamente aquella que nunca conquistó: la de construir repúblicas sólidas mediante la edificación de un Estado fuerte y un sistema demo crático liberal”.
Es en este intento, cuya versión fue el “Proyecto de la Gran Colombia”, donde el Libertador muestra los distintos rostros que el olvido ha pretendido acallar, y donde el rescate de las aspiraciones y desaciertos del hombre por encima de las virtudes del “héroe de la patria” es necesario no sólo para visualizar la Independencia de América como un proceso llevado a término por una multiplicidad de causas, sino fundamentalmente para comprender las circunstancias que llevaron a Bolívar a convertirse en “el fundador de la Patria” cuando menos lo esperaba, y en el “Dictador de Colombia” cuando menos lo deseaba.
Quizá todo ello pueda servir también para explicar por qué, hoy en día, a casi doscientos años de su desaparición, Simón Bolívar sigue siendo el presente de América.
Así como soldado y estratega, también fue un gran pensador, que hasta ahora sigue influyendo en el pensamiento mundial.
MUERTE DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLIVAR
Bolívar llegó a Santa Marta en estado de pos tración el 1 de diciembre de 1830, tras una penosa travesía por el río Magdalena desde Bogotá y a pesar del buen clima y las atenciones recibidas, su salud empeoró a los pocos días, teniendo algunos momentos de lucidez que le permitieron dictar su testamento y su Última Proclama, donde gravemente enfermo clamó porque su muerte por lo menos permitiera la consolidación de la unión y la desaparición de los partidos.
Finalmente, el Libertador Simón Bolívar fallece el 17 de diciembre de 1830, a los 47 años de edad. A la una y tres minutos de la tarde murió el sol de Colombia, según rezó el comunicado oficial. Los despojos mortales del Libertador recibieron cristiana sepultura en el altar mayor de la suntuosa Catedral Basílica de Santa Marta, y en ese sagrado recinto moraron apaciblemente, hasta diciembre de 1842, cuando fueron trasladados a su país de origen, Venezuela, cumpliéndose así el mandato de su testamento.
CONCLUSIONES
Bolivia es un país de dificultades, que necesita valores, paradigmas y héroes, para seguir adelante, renacer en su población ese nacionalismo perdido de un pueblo lleno de tradiciones, acciones heroicas, héroes inmaculados y con futuro promisorio.
Debemos construir esa conciencia nacional basándose en nuestra relevante historia para que las futuras generaciones crezcan creyendo en ese ideal superior a alcanzar. La vida de entrega y de lucha constante de nuestro Libertador, nos debe motivar a emularlo en todas las actividades que desarrollemos. Sigamos el ejemplo del Libertador Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios.
Crear una Bolivia digna y soberana, proyectada hacia un futuro prometedor, es deber de todos los que habitamos esta sublime patria; no olvidemos que lleva el nombre de nuestro Libertador y es por tanto su “Hija Predilecta”.
Gloria por siempre al Libertador Simón Bolívar, el soldado, genio militar, estadista, estratega, político, filósofo, visionario, el “Hombre de las dificultades”.
BIBLIOGRAFIA:
BLANCO F. Rufino, “Bolívar”, Edit. Maracaibo, Caracas Venezuela 1978.
CAMPOS M. Enrique, “Se llamaba Bolívar”, Edit. Zigzag, Santiago de Chile 1956.
FINOT Enrique, “Bolivar Pacifista”, L&S Printing Company, New York 1936.
LOAIZA B. Carlos, “Biografía del Libertador Simón Bolívar”, Edit. Olea, Bolivia 1979.
WEBB N. Robert, “Simon Bolívar The Liberator”, Manor Books Inc, New York 1969.
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