El servicio de transporte público de las ciudades de La Paz y El Alto

II

Desde el punto de vista de la economía de las ciudades de La Paz y El Alto, resulta evidente que el actual sistema de transporte público es caro, porque usa en exceso los recursos económicos de las dos ciudades. Los vehículos pequeños no son económicos, en cuanto al costo de operación de los vehículos por pasajero y por kilómetro (en especial el costo de combustible), puesto que se necesita más vehículos (más combustible) para transportar la gran masa de pasajeros que se movilizan diariamente en la ciudad.

Los pasajeros de seis minibuses pueden ser transportados por un solo bus, con menor costo de operación y menos gasto de combustible. Tampoco lo son desde el punto de vista de la utilización del espacio vial. El espacio que ocupa un bus de 80 pasajeros equivale al espacio que ocupan dos minibuses, que solamente pueden llevar (los dos) 28 pasajeros. Esto origina congestión, que incrementa los costos de operación de vehículos. Todo esto, sin considerar la mayor contaminación que ocasiona el actual sistema de transporte público, que emite mayor cantidad de contaminantes, que un sistema que tenga menor cantidad de vehículos con mayor capacidad de transporte de pasajeros.

Desde el punto de vista de la economía de los transportistas, el servicio de transporte público es un negocio dudoso. Un buen negocio es cuando se recupera el capital invertido, se cubre los costos de operación y se obtiene una utilidad. De hecho, los operadores usan sus vehículos hasta que ya no pueden funcionar y los ingresos que obtienen en la operación les sirven para la subsistencia diaria. En realidad el transporte público es una alternativa al desempleo y es parte de la economía informal. Existe un enorme capital invertido en el transporte público, pero está disgregado y no produce excedente. Si se juntara ese capital en una o varias empresas, éstas conservarían ese capital (incluso podrían incrementarlo) y producirían un excedente.

No existe infraestructura especial para el transporte público, éste usa el sistema de vial de las dos ciudades, que en el caso de La Paz es deficiente, porque no tiene vías de gran capacidad. Mayormente está compuesto por vías estrechas y no dispone de paradas especiales para el transporte público. El sistema vial de la ciudad de El Alto es nuevo y las vías son más anchas con mayor capacidad de circulación, pero no tiene espacios para la parada de los buses.

Hasta la ley municipal del transporte y tránsito urbano, no ha existido control ni regulación del servicio de transporte público por parte de las autoridades. El único control ha procedido de los mismos operadores, que tienen sistemas de control cuya finalidad es evitar la competencia desleal entre ellos y no de cuidar la calidad del servicio. La ley municipal es apenas una tímida medida de control y regulación del servicio de transporte público.

El presente sistema ha llegado a su máximo grado de desarrollo. Dada su organización, no tiene posibilidades de modernizarse, de ofrecer un mejor servicio, de reducir sus costos y de operar modernos sistemas de transporte público. En realidad constituye una manera artesanal de proveer servicio de transporte público. Estaba bien para La Paz de hace 40 años. El sistema de transporte libre, en el que cualquiera puede proveer el servicio, no es conveniente para las dos ciudades, puesto que se produce problemas como la congestión. Los operadores actuales no pueden ofrecer unidades de gran capacidad de transporte de pasajeros. El control y la regulación de la operación son prácticamente imposibles, por la gran cantidad de operadores a los que se tiene que controlar.

El autor es ingeniero civil y docente de la UMSA.