Narcotráfico y contrabando

El presidente Evo Morales Aima, como se sabe, es a la vez máximo dirigente de seis federaciones de cocaleros del trópico de Cochabamba, reelegido hace pocas semanas. Dicho sector, con 88 centrales, 1.393 sindicatos y más de 61 sindicatos afiliados en el Chapare y los Yungas, tiene influencias en el Gobierno por su poder económico y político.

Autoridades de EEUU han expresado que se ha reducido la cantidad de coca, no la cocaína. El descubrimiento casi a diario de fábricas de drogas en Santa Cruz y la intervención de clanes familiares en este ilícito comercio en Cochabamba y los Yungas debe preocupar mucho al Gobierno, porque reprime a los narcotraficantes pero no logra atrapar a peces gordos, tampoco puede controlar los cocales de La Asunta, en Sur Yungas, que es otro bastión de los cocaleros.

El acuerdo entre EEUU, Brasil y Bolivia para el control de las exportaciones de droga y la limitación del ingreso de cocaína boliviana a Chile, satisfacen. La presidenta brasileña Dilma Rousseff se empeña con sus Fuerzas Armadas en enfrentar sin contemplaciones el flagelo cocalero, en resguardo de sus fronteras. Según Naciones Unidas, Bolivia es el tercer productor de coca del mundo, después de Perú y Colombia. Una diplomática aseguró que hay cárteles colombianos en Bolivia. La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), encargada de la lucha antidrogas, manifestó que la decisión del Gobierno boliviano atenta contra la integridad del sistema global de control de las drogas y el consumo de estupefacientes.

Por otra parte, se anunció que 462 reos bolivianos en Chile serán puestos en la frontera y otros 200 en Argentina retornarán. Estos presos se contactarán con chapareños y grupos delictivos si son puestos en libertad en el país.

En el norte cruceño, en las poblaciones de Nuevos Horizontes, Yapacaní y San Germán proliferan los narcotraficantes; 249 fábricas han sido desmanteladas en un par de días por la FELCN. Se habla de industrializar la coca, pero no hay un plan serio. Que a Bolivia se la tilde de “República de la cocaína” en una nota de una revista brasileña nos llena de vergüenza y estupor, además el periodista que la escribió dice contar con más información al respecto.

Ahora el contrabando parece tener padrinos, protección de autoridades. Los autos “chutos” continúan ingresando por nuestras abandonadas fronteras con Perú, Chile, Brasil y Argentina. ¿Nuestros límites fronterizos no deberían estar resguardados por militares? Bolivia está obligada a devolver 1.400 vehículos robados en cinco países y 4.000 en Brasil.

En la frontera con Chile detuvieron a 43 bolivianos por contrabandear autos chutos que trataban de hacer ingresar a Bolivia, que se ha convertido en depósito de chatarra, un basurero de motorizados hurtados, sin placas ni papeles.

Pero la Presidenta de la Aduana Nacional dijo que una intervención en Challapata, donde se comercializa vehículos indocumentados, arrojaría “un elevado costo social”. El Presidente ya está en campaña para las elecciones del 2014, eso obliga al Gobierno a tener una actitud muy condescendiente ante muchas irregularidades. ¿Es una señal de cálculo político del partido gobernante? ¿A conseguir votos, ya no a reprimir es la consigna?, ¿no importa el contrabando de casi 40 vehículos chutos, robados, que ingresan diariamente al país?

El COA detiene casi a diario camiones de contrabandistas con telas, electrodomésticos y otras mercaderías que salen no sólo de Iquique. El ingreso motorizado de cargas de los ropavejeros es considerable. Los microempresarios se oponen a la venta de ropa usada, ya que el Gobierno en abril de 2007 prohibió su importación y comercialización, pero nadie hace caso. Las grandes fábricas de textiles como Ametex se cierran por falta de mercados, además Bolivia perdió las facilidades de exportación del ATPDEA. La invasión de ropa de China es otra competencia desleal para la industria textil boliviana que casi está en quiebra.

Se firmó un convenio entre ABT y FFAA para controlar el crecido contrabando, pero no se ve empeño, sólo publicidad gubernamental.