Gobierno ingresa debilitado a segunda mitad de gestión

Movimientos corporativos se alejan cada vez más del gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) que ha ingresado en su segunda mitad del segundo mandato de gestión. Para el politólogo Erick Fajardo, el régimen tiene un evidente quiebre social en su relación con las organizaciones de base, por ejemplo con el sector salud o los indígenas del oriente.

Fajardo agregó que a partir de ahora se viene un desgaste creciente en el partido oficialista, para lo cual buscará entrar en el “obrismo”, es decir, prometer obras de envergadura que serán proyectadas para el 2014 como medio de propaganda electoral como el teleférico en La Paz.

“La llegada del MAS restituyó un pacto, un entendimiento entre el estado y la sociedad civil, que había sido fracturado por los excesos y errores del modelo neoliberal. Hoy, ese frágil acuerdo cimentado sobre la fe de la población en las virtudes del MAS ha terminado de derrumbarse frente a la evidencia de la absoluta incapacidad, la alta propensión de sus cuadros al enriquecimiento y sobre todo, frente a la evidencia de que el Estado mismo, como modelo plurinacional, se ha involucrado a fondo en la peor clase de corrupción que hay: el narcotráfico”, acotó.

Para el presidente Evo Morales, su gestión es positiva pese a los conflictos sociales de sectores a los que califica como derechistas. Asimismo, dijo que todo criterio contra su régimen es emitido por una oposición que no cuenta con respaldo popular y que la elección de 2009, cuando obtuvo el 63 por ciento de la votación, es un hecho inalcanzable para sus detractores.

"En las elecciones de 2009 no sólo logramos mayoría en Senado y Diputados sino dos tercios en las dos cámaras, seguramente serán inalcanzable estos resultados democráticos y que algún sector cuando no puede (hacer frente) nos acusa de dictador, de autoritario de pensamiento único", declaró en Oruro.

El 22 de enero de 2010, Evo Morales juramentaba con su puño izquierdo en alto para asumir el segundo mandato constitucional y el primero dentro del denominado Estado plurinacional. Han pasado dos años y medio y la aceptación del mandatario bajó considerablemente, especialmente por dos conflictos que determinaron un antes y un después en su gobierno.

Apenas once meses después de asumir el mando, el Gabinete de Morales Ayma determinó dictar el gasolinazo de Navidad, provocando la reacción inmediata de la población, con un rechazo total a la impopular medida de corte neoliberal. Fue el fin de la calma en el país y la retoma de las medidas de presión por parte de la sociedad organizada. A dos horas de ingresar al 2011, el presidente abrogó el decreto del gasolinazo, pero el daño a su imagen estaba hecho y era irreversible.

En septiembre, la represión a la movilización de los pueblos indígenas terminó por sepultar su relación con los sectores de Tierras Bajas, que ya venían demandando atención desde hace un año atrás. Esta constante fue repitiéndose con sectores menores como las personas con discapacidad, médicos y sector salud, así como la Policía que demostraron su inconformidad con el Gobierno.