La Historia sin fin

Durante los dos últimos años fuimos testigos de una discusión permanente entre miembros del Comité Olímpico Boliviano. El odio reflejado públicamente entre la tesorera Silvia Crespo, Presidenta de la Federación Boliviana de Natación y el presidente del Comité Olímpico el Ing. Edgar Claure llegó al hastío; cada uno presenta documentos que avalan sus posturas, argumentos y verdades.

La coyuntura es más que complicada, a pesar de que la tensión es permanente, como así también el ánimo de enfrentamiento, la interdependencia es obligatoria, el presidente requiere la firma en los cheques de la tesorera y la tesorera precisa de la rúbrica del presidente para cualquier gestión. Esta división provocó y condujo a papelones dignos de ser contados con cierta vergüenza a través de los años, para que en el futuro no se repitan.

Se llevó a cabo una reunión del comité ejecutivo en plena calle, en la vereda del edificio del COB, fue muy gracioso ver a los miembros de esta instancia sentaditos afuera, mientras secretarios y demás elaboraban actas y trataban de rellenar papeleo protocolar, los vehículos que transitaban por la calle México tocaban bocina, uno que otro gritaba algo inaudible o inentendible, mientras que las puertas del COB permanecían cerradas por órdenes superiores. Fueron varios los intentos de acercamiento, pero las diferencias conceptuales y filosóficas sobre el quehacer deportivo son demasiado profundas para un sana sana, esta historia precisa una cirugía mayor para provocar cambios.

En este entuerto, parecería que son dos los protagonistas, desde mi punto de vista, alcanza a todos y cada uno de los presidentes de las federaciones de todas las disciplinas que se practican en el país. Cada vez que se promete un viaje, beca, capacitación en el exterior o cargo de jefe de misión en alguna cita Bolivariana, Sudamericana, Panamericana o en Olimpíadas y no se cumple, inmediatamente vemos al “perjudicado/a” entregando cientos de fotocopias de documentos o denunciando malos manejos o injusticias. Cuando están de ñañas, esa misma documentación duerme el sueño de los justos en algún cajón para ser utilizada cuando convenga. Esos mismos dirigentes, llegado el momento de votaciones en épocas eleccionarias, sin ninguna vergüenza conversan sobre favores a recibir y votan por aquel a quien denunciaron, atacaron y defenestraron meses o años antes sin ninguna congruencia y consecuencia.

Siempre en esta época, sobretodo previa a los viajes para citas Olímpicas, se escucha el mismo griterío originado por viáticos vergonzosos que reciben los atletas, la desesperación de instituciones del Estado para que sus siglas, en tamaños desproporcionados, figuren en uniformes de calidades que nunca son las ideales y decenas de detalles que no vale la pena nombrarlos.

No escuché este pataleo desde que arrancó el 2012, este chiverío sirve para que algunos que desconocen los pormenores y nunca realizaron el seguimiento respectivo, opinen sin conocimiento de causa y no sepan donde aplicar el palazo. ¿Cuánto les dura el entusiasmo? un par de días, o hasta que el temita no pique mucho en el rating.

Al igual que en fútbol, en el COB los únicos responsables de cambiar este triste destino…son los dirigentes, más nadie.