Walter Medrano Córdova
Han transcurrido 60 años desde la fundación de la provincia Pantaleón Dalence con su capital “Villa Huanuni”, creada por Ley de 26 de noviembre de 1941, promulgada durante el gobierno del Gral. Enrique Peñaranda, como justo homenaje al más esclarecido jurisconsulto boliviano, Pantaleón Dalence, nacido un 27 de julio de 1915, fecha que ha sido tomada como efeméride provincial.
Históricamente Huanuni es conocido como el mayor reservorio de estaño de Bolivia, actualmente administrado por la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL). Por esto fue denominado “Capital del Estaño Boliviano”. Este recurso natural no renovable determinó el destino de esta capital provincial, ubicada en la Cordillera de los Azanaques del departamento de Oruro.
Cuando se habla de Huanuni, erróneamente se piensa que se trata de un “distrito minero”, como si fuera un simple campamento de trabajadores del subsuelo. Lo cierto es que Huanuni antes que distrito minero es un pueblo, capital de provincia con una población civil dedicada a diversas actividades, educativas, deportivas, comerciales, sindicales, cívicas, de comunicación y transporte. En Huanuni se fundó la gloriosa Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), un 11 de junio de 1944.
Como otros pueblos, Huanuni ha tenido la desgracia de contar con grandes riquezas mineralógicas, lo cual le ha traído conflictos, atraso, abandono y contaminación extrema. Pareciera cumplirse lo que sostiene Eduardo Galeano en su libro “Las venas abiertas de América Latina”: “Nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros”.
Como merecido homenaje a la tierra que nos vio nacer, reafirmamos nuestra fe para que en el futuro Huanuni no sea utilizado como simple campamento minero. Inmigrantes y lugareños, juntos, debemos preocuparnos por mejorar los niveles de vida de un pueblo que generosamente abrió los brazos a muchos bolivianos para darles trabajo y bienestar.
Las autoridades locales, departamentales y nacionales están convocadas para atender los requerimientos más premiosos de Huanuni. Una de esas necesidades vitales es tener agua potable, derecho fundamental al tenor de lo que establece la Constitución Política del Estado. Lamentablemente las aguas de la provincia han sido destinadas preferentemente a la actividad minera, dejando al pueblo con graves limitaciones, lo que compromete su salud.
Otro requerimiento inmediato es el saneamiento ambiental, pues las aguas altamente contaminadas de la actividad minera atraviesan la parte media del pueblo, depredando toda la vegetación del lugar, lo que se agrava por una peligrosa contaminación del aire que respiran los habitantes. Lo que corresponde es aplicar el Art. 342 de la Constitución, para que con el Estado y la participación de la población se restablezca el equilibrio del medio ambiente, en el marco del desarrollo sustentable, debiendo procederse al embovedado del río contaminado.
Otra prioridad es mejorar la infraestructura del primer Colegio Minero de Bolivia, “Mariscal de Ayacucho”, cuyo local fue construido por COMIBOL en 1956. A la fecha este inmueble se encuentra en un estado ruinoso, carece de las mínimas condiciones pedagógicas para una población estudiantil cada vez mayor. Quienes nos hemos formado en sus aulas vemos con extrañeza que en otras regiones del país se ha construido unidades educativas modernas y bien equipadas, pero pareciera haber discriminación con este colegio, tal vez por tratarse de una unidad educativa de esencia proletaria.
En este 60 aniversario de Huanuni, esperamos que por justicia el Estado atienda las necesidades de un pueblo digno de mejor destino. Si queremos proyectar a nuestro país sobre bases de descolonización y cambio, es imperioso empezar por nuestros pueblos. Que la producción y explotación de recursos naturales como el estaño beneficie prioritariamente a quienes la producen, conforme manda el Art. 353 de la vigente Constitución Política. Que con esos recursos sean atendidas las grandes necesidades del glorioso y sacrificado pueblo de Huanuni.
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