Gran Bretaña se ofreció ayer al mundo tal como es: un país con más pasado que futuro. En un ejercicio de realismo, Londres 2012 no apostó por apabullar con el despliegue tecnológico y de poderío de Pekín hace cuatro años. Optó por tocar la fibra sensible del espectador. De los miles que abarrotaban el estadio olímpico de Stratford, en el deprimido Este de Londres, y de los miles de millones que lo veían por televisión en el mundo entero. Humanidad frente a tecnología. Pasado frente a futuro.
A falta del apabullante despliegue tecnológico de Pekín 2008, con el que China lanzó el mensaje de su poderío actual y futuro, Londres 2012 echó mano de 15.000 voluntarios para presentarse allí donde no llegaba la tecnología. En el acto, estuvo la reducida delegación boliviana que entregó a Karen Tórrez el cargo de abanderada.