• Aún nada pudo compensar la ingente cantidad de dinero que, convertido en estaño y plata, ha salido de las entrañas del cerro Posokoni.
Oruro, (EL DIARIO).- Huanuni aparece en la historia, primero en la de Alto Perú, hoy Bolivia, desde 1745, cuando el español Bernardo Cabrera, descubre las primeras vetas de plata. En sus inicios, se llamaba mina Porvenir, donde sólo había plata. Después, en el cerro Posokoni, se encontraron vetas de estaño, en los cerros que forman un cañadón.
Después de constante trabajo, Huanuni se fue poblando poco a poco, al principio era un lugar de descanso para seguir viaje a Llallagua, subiendo por el cerro Posokoni, cuando se realizaba la explotación en forma rústica. Después, cuando llegaron los ingleses junto con el ferrocarril, se empezó a instalar ingenios para la explotación masiva de estaño y plata.
Patiño
La explotación se intensificó antes de 1910, cuando se encontraba a cargo de Penny Duncan, Edgar Harrison y Jhon Bandyn y Minchin, este último era un ingeniero británico, que retornó a su país, para dejar en manos de la mina de Huanuni a su sobrino, pero este nunca le puso atención a la producción y empezó a tener dificultades para la explotación.
La noticia llegó a oídos de Simón I. Patiño, quien trabajaba con Hinke e inició un plan para apoderarse de la mina de estaño del cerro Posokoni. Envió un telegrama a Inglaterra, sobre la crisis de la empresa de Minchin y éste, sin pensarlo más, decidió vender la mina en 3 millones de dólares.
Patiño compró la mina, con respaldo económico de Anglo South American Bank. Huanuni y Uncía ya eran de Patiño, en 1912 y también había auge de los precios del estaño. Huanuni queda a unos 22 kilómetros de Uncía, pero en realidad eran no menos de 35 kilómetros, debido al accidentado camino.
Pedro Vicente Cañete y Domínguez, en 1791, decía que Huanuni “produce el estaño más rico y el más estimable, no solamente en estos reinos, sino también por las naciones extranjeras, de suerte que entre ellas es tan conocido Huanuni por su estaño finísimo, como Potosí por su plata”.
Patiño se enriqueció con la explotación de la mina La Salvadora de Uncía y con el Posokoni de Huanuni.
Nacionalización
En 1952, ocurrió la nacionalización de la mina, durante el gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario, pero su crecimiento urbanístico fue incipiente, debido a que la construcción de casas fue desordenada y caprichosa, como los cerros que existen alrededor.
El 2000, la Corporación Minera de Bolivia, arrienda la mina a la empresa Allied Deals, pero fue recuperada el 2004, como consecuencia de la crisis de esa empresa y el constante reclamo de los mineros.
El 2006, ocurrió algo tenebroso. El enfrentamiento entre mineros sindicalizados y mineros cooperativistas, por la administración y control de la mina más rica de estaño. El gobierno, para evitar nuevos enfrentamientos, decidió incorporar a los cooperativistas mineros a la empresa estatal de estaño de Huanuni, para tener actualmente cerca de 5.000 trabajadores.
Crecimiento
demográfico
Durante el censo de 2011, Huanuni tenía apenas 23.608 habitantes.
Su crecimiento en población fue disminuyendo, como consecuencia de la crisis internacional del estaño. Había un crecimiento de -0.14 por ciento, en la primera sección, que es la ciudad de Huanuni, en cambio en Machacamarca, su crecimiento era de -2.40 por ciento. Sin embargo, Huanuni seguía vivo y estaban 6.362 familias.
Después de 10 años del censo, Huanuni ha crecido notablemente, por el auge de los precios del estaño. Se estima una población actual de 35.000 habitantes y más de 8 mil familias. Los sueldos son expectables y nadie quiere abandonar esa fuente de trabajo.
Huanuni
El alcalde de Huanuni, Hilarión Achacollo, durante los últimos años ha impulsado algunas mejoras en la infraestructura, como la construcción de una nueva municipalidad de dos plantas, con oficinas para la administración ejecutiva y para el Concejo. También se construye una Casa Municipal de Cultura, en plena plaza principal que tiene una estructura acomodada a los caprichos del terreno.
La plaza es triangular, una calle que se dirige a la mina de Posokoni y la otra de retorno. El intenso tráfico vehicular con minerales hace que la avenida Camacho, que es la principal, se mantenga en constante deterioro.
Se han construido rompe muelles a cada paso, para que los vehículos no circulen con excesiva velocidad. Las calles son estrechas y los manzanos están improvisados y a veces sólo hay hileras de casas, siguiendo las normas que obliga a imponer el rio mineralizado que se dirige hasta el lago Poopó del departamento de Oruro, con una consiguiente contaminación de aquella cuenca que otrora era el principal productor de pejerrey para Oruro.
Como en todas partes de Bolivia, surgió el boom de las construcciones. Sin embargo, no hay espacio territorial para esas edificaciones con ladrillo, por lo que se ha tenido que abrir terrenos a lo largo del camino principal que se dirige hacia Oruro o a Venta y Media, una población aledaña y contigua que pertenece a la provincia Poopó.
Enfrentamientos
En Venta y Media surgieron los enfrentamientos por terrenos. Los de Poopó reclaman respeto a su territorio y los de Huanuni exigen más terrenos para no frenar el crecimiento urbanístico.
Huanuni, en la práctica, avasalla el territorio de Poopó, no porque quiere, sino porque no hay un sitio más adecuado para realizar construcciones para más de ocho mil familias, con la factibilidad de contar con mayor cantidad de habitantes.
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