Washington.- Más de una treintena de extranjeros figuran en el equipo que representa a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Londres, y todos son ejemplo vivo de los beneficios que, pese a la ola xenofóbica en algunos sectores, aportan a su país adoptivo.
La presencia de numerosos apellidos hispanos en el equipo olímpico estadounidense refleja no sólo los inmensos cambios demográficos en EEUU en las últimas décadas sino también el tesón de estos atletas por superar adversidades y alcanzar el “Sueño Americano”, informó Efe.
Integrados en la sociedad estadounidenses, su ejemplo debería servir de argumento contra quienes desde el Congreso o centros de estudios conservadores se empeñan en desvirtuar las aportaciones de los inmigrantes en Estados Unidos, sean o no indocumentados.
Para muestra un botón, o muchos, como es el caso del corredor mexicano Leo Manzano, hijo de un trabajador inmigrante indocumentado. Manzano demostró interés por el deporte desde muy pequeño y al cursar la secundaria en Marble Falls (Texas) cosechó numerosos triunfos, entre éstos nueve campeonatos estatales.
También está la boxeadora de peso mosca Marlen Esparza, de 23 años, que peleará el próximo 6 de agosto. Hija de inmigrantes mexicanos y objeto de un extenso reportaje en la revista The Atlantic el mes pasado, es la primera mujer en calificar para los Juegos Olímpicos en el primer año en que se admitió el boxeo femenino como deporte.
Mientras, el gimnasta cubano-americano de Homestead (Florida), Danell Leyva, de 21 años, también busca hacerse con una medalla. Nacido en Matanzas, Leyva emigró de Cuba a EEUU junto con su madre cuando apenas tenía tres años, mientras que su padrastro y entrenador, Yin Alvarez, cruzó ilegalmente el Río Bravo.
Otra biografía extraordinaria, repleta de historias de supervivencia, la ofrece el sudanés Lopez Lomong, quien competirá en Londres en la carrera de 5.000 metros. Lomong emigró a EEUU a los 16 años tras huir de una cruenta guerra civil y las vicisitudes de un campamento de refugiados, y logró su estatus legal en 2007.
Henry Cejudo no logró plaza este año para en el equipo olímpico que representa a EEUU en Londres, pero su historia merece mención ya que, a juzgar por sus seguidores en Internet, su trayectoria ha dejado huella dentro y fuera de la lona.
Con apenas 21 años, Cejudo se convirtió en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008 en el atleta más joven en ganar una medalla de oro en lucha libre en la categoría de 55 kilos.
Hijo de inmigrantes indocumentados mexicanos y el más joven de seis hermanos, Cejudo creció entre la pobreza y sin la ayuda de su padre, en algunos de los barrios más marginados en ciudades como Los Angeles (California), Las Cruces (Nuevo México) y Phoenix (Arizona).
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