OPINIÓN
Sin lugar a dudas el subir a un podio en los Juegos Olímpicos significa coronar, premiar, mostrar esfuerzo sobrehumano y extraordinario, aparte de manejar técnicas específicas perfectas para ser considerado el mejor entre los mejores del planeta.
En la mayoría de los casos toda una vida de empeño no alcanza para pertenecer a este selectísimo grupo, la mayoría en este súper nivel ven desfilar en el epílogo de sus carreras ante sus ojos las frustraciones provocadas por la impotencia de no poder conseguir lo soñado a pesar de haber intentado hasta lo imposible. Los estudios científicos en países del primer mundo donde este tema se toman muy en serio aderezados con condimentos políticos estratégicos muy fuertes; son precisos en el respeto de las curvas en las variables y sobre todo en los picos de máxima productividad de las condiciones de sus atletas. Una gimnasta que logra una medalla a los 18 años es muy complicado que dentro del próximo Ciclo Olímpico, que es de cuatro años, lo vuelva a lograr, no así en marcha u otras disciplinas donde todavía tienen el hándicap de seguir en competencia y poder reditar su triunfo, Inglaterra en esta Olimpíada Londres 2012 en ciclismo presentó ayer en una prueba de persecución individual a una pedalera de 39 años con excepcionales resultados.
El que un atleta cuelgue en su cuello una medalla, envía otro tipo de mensajes que no pasan desapercibidos; habla en primer lugar de la organización del Comité Olímpico del país que representa que a su vez refleja las buenas relaciones con sus gobiernos y las políticas de Estado que sostienen sus estructuras que se autoalimentan para lograr objetivos comunes.
El ganar medallas provoca conmociones nacionales, los atletas son aclamados como héroes de guerra, los recibe el presidente, se decreta feriado, reciben una serie de incentivos y regalos de todo tipo como agradecimiento.
Hay una historia muy curiosa que gracias a mi amigo Jhon Villegas la pude conocer. En E.E.U.U el IRS (Internal Revenue Service) equivalente a nuestro Servicio de Impuestos nacionales no le perdona a nadie el pago de obligaciones tributarias, el Comité Olímpico Internacional premia no sólo con medallas, también con dinero en efectivo a los ganadores, por eso el que gana una de oro recibe 25.000 U$, plata 15.000 U$ y bronce 10.000 U$ como incentivo, por otro lado el Comité Organizador Londres 2012, cuando presentó el modelo de medalla que iba a entregar comentó el precio de costo de cada una, $675 dólares la de oro, $385 plata, y un costo casi nominal para la de bronce que es de menos de $5.
Hasta aquí solo presenté números normales de costos y nada más, lo curioso es que El IRS cobra a todos los atletas ganadores los impuestos correspondientes no sólo por el dinero de premio, también por el precio de costo de fabricación de la medalla. ¡el colmo!
El que gana oro pagará 8.986 dólares de impuestos, el que gane plata $5.385, y el que gane bronce $3.502.
Ahora entiendo más que nunca como Al Capone en EUA cayó por no pagar impuestos y no por contrabandear y matar a quien le dio la gana.
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