Sorprendente dominio

La medalla de oro conseguida ayer por Tagir Khaibulaev en 100 kilos consolidó a Rusia como la principal potencia del judo estos Juegos Olímpicos, donde consiguió tres primeros puestos y un tercero.

En una jornada donde la estadounidense Kayla Harrison se impuso en 78 kilos a la brasileña Mayra Aguiar y a la sorprendente británica Gemma Gibbons, el protagonismo lo copó de nuevo el equipo ruso tanto encima del tatami como en la grada, donde estuvo su presidente Vladímir Putin.

Con tres medallas de oro y una de bronce, todas en pesos masculinos, y la primera posición del medallero en su haber, el país de los zares se confirmó definitivamente como el invitado sorpresa que pone en duda la tradicional hegemonía de Japón, Francia y Corea del Sur en esta disciplina.

Khaibulaev, sexto del mundo, tardó poco más de dos minutos en vencer a su rival con una magnífica proyección que hizo caer totalmente de espaldas al mongol Tuvshinbayar Naidan y levantar de su asiento a Vladímir Putin, que llegó minutos antes al Excel Arena junto con el primer ministro británico David Cameron.