“La soya está en su mejor momento”, afirman los expertos, sin embargo, su productividad en el país continúa siendo limitada, debido a la falta de conocimientos sobre buenas prácticas agrícolas y sostenibles, ya que los agricultores (muchas veces), no son conscientes de los niveles óptimos de uso de insumos agrícolas ni de las desventajas y efectos secundarios de los plaguicidas.
El boletín “Comercio Exterior”, publicado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), muestra que se siembran alrededor de 1 millón de hectáreas (410% de crecimiento en 15 años), 1, 700.000 toneladas de producción, representando el 9% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, generando 1000.000 fuentes de empleo directo e indirecto.
Los responsables de un proyecto piloto explican que los cambios realizados en los últimos años a las normativas agrarias y ambientales del país, ya contemplan la necesidad de que los productores apliquen criterios establecidos para un manejo responsable de la soya.