La Asamblea General de la ONU, deploró ayer en una resolución la parálisis que vive el Consejo de Seguridad para frenar la crisis en Siria, un conflicto marcado por “graves abusos en derechos humanos” de los que volvió a responsabilizar al régimen del presidente Bachar al Asad.
Con un amplio colchón de 133 votos a favor, frente a 31 abstenciones y 12 en contra, el plenario de la ONU volvió a señalar directamente al presidente sirio como principal responsable de la violencia, pero también hizo crítica interna y acusó al Consejo de Seguridad de permitir que perdure el baño de sangre.
“Espero que el Consejo de Seguridad escuche alto y claro el mensaje que le ha entregado la comunidad internacional entera: su parálisis es inaceptable”, dijo tras la votación el embajador de Arabia Saudí, Abdullah al Mualimi.