Persiste un mercado indiscutiblemente rentable en la ropa usada, pese a que su comercialización e internación al país se encuentran prohibidas. El decreto 28761 prohíbe la importación de prendas usadas a partir del 21 de abril de 2007. Establece que se deje de comercializarla desde el 1 de marzo de 2008.
Sin embargo, los fardos de ropa usada de primera calidad cuestan entre 150 y 180 dólares; de segunda, entre 60 y 80;_mientras que el de tercera, entre 35 y 45 dólares.
Cualquier persona puede comprar fardos enteros de una multicolor oferta de ropa en grandes galpones de El Alto y La Paz. Pero, cuando no se trata de vender sino de usar, debemos remitirnos a las compradoras.
Existen diferentes razones para que las personas opten por comprar la ropa usada o más comúnmente denominada ropa americana, sin embargo la mayoría de los entrevistados de El Diario, coincidieron en el tema del estilo y de la economía.
La estudiante de comunicación de una universidad privada, que prefirió no dar su nombre, señaló que en las tiendas de ropa usada existen “mejores telas, modelos e incluso diseños casi únicos; ya que hay marcas reconocidas mundialmente que muchas veces no llegan a Bolivia, o simplemente son demasiadas caras para comprar en un comercio formal”.
“Es de buena calidad aunque este usado, puedes crear tu estilo u obtener el que quieres, te da más variedad en gustos, formas, en realidad en cuestión de estética te brinda mucha más variedad, aunque tengas que buscar en montoncitos”, señaló la estudiante.
Por otra parte, una funcionaria pública que compraba en una de las tiendas ubicadas en la calle Figueroa, afirmó que compra estas prendas de vestir por que hay ciertas ventajas.
“En ocasiones, adquiriendo la oferta que existe en el mercado interno, llega a tener mayor calidad y los costos son más bajos y si te ofrecen calidad y un costo más bajo se hace más beneficioso adquirirlo”.
Carla, una estudiante de colegio que no dio su apellido, explicó que compra la “ropa americana” porque es única y porque así puede fundamentar su propia identidad. “Yo soy Flogger y me gustan los colores llamativos, que acá no se venden en los mercados y en las boutiques, por eso vengo a comprar acá (en las tiendas de la calle Figueroa) y con el mismo dinero que gastaría en una tienda cara; puedo comprar por lo menos tres poleras o dos buenos jeans que ninguna de mis amigas tendrá”.
“También he visto que hay algunas tribus urbanas, he visto que la ropa que tienen la consiguen de la 16. Por ejemplo los hip hopperos, porque esa ropa no vas a encontrar que acá la elaboran en el mercado. Vos vas y puedes encontrar la vestimenta de la tribu a la que tú perteneces y arriba puedes vestirte totalmente con esa ropa”, acotó la joven.
CIFRAS
De acuerdo al estudio “Impacto de la Importación de ropa usada en Bolivia” presentada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) el año 2005, es a partir del año 2000 que el flujo de importaciones legales e ilegales de ropa usada, encuentran los “mecanismos adecuados” para su comercialización sin restricciones en loos mercados más importantes del país, entre ellas la feria 16 de julio en la ciudad de El Alto, la feria del mercado Kantuta en Oruro, el mercado de ropa en la calle Figueroa en La Paz, el mercado Esteban Arce en la ciudad de Cochabamba y la feria Cumavi en la ciudad de Santa Cruz.
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