La epicondilitis lateral es una lesión muy temida

El codo de tenista quita el sueño a los profesionales



La lesión más ha­bi­tual entre los tenistas se de­no­mi­na, en tér­mi­nos es­pe­cializados, epicondilitis lateral o inflamación del epicóndilo. Es un sín­dro­me do­lo­roso en la parte ex­ter­na del codo y es tan fre­cuen­te, en­tre quienes practican es­te de­por­te que des­de hace unos 20 años, los traumatólogos se re­fie­ren al tema como codo de tenista. Se trata de un proceso crónico que se expresa con dolor a lo largo de to­do el an­te­brazo y que en al­gu­nos casos se ex­tiende ha­cia arriba, a la cara pos­terior del bra­zo.

Los tenistas pro­fe­sio­na­les man­tie­nen mu­cha atención so­bre sus co­dos y toman pre­cau­cio­nes para pre­venir la lesión.

El llamado co­do de te­nis­ta con­sis­te en el re­sul­tado crónico de mi­cro­trau­mas, re­pe­ti­dos a lo lar­go de muchos años, en las estructuras músculo-tendinosas cer­canas a la parte ex­ter­na de la articulación del codo, don­de se en­cuentran fun­da­men­tal­mente los músculos ex­tensores del an­te­bra­zo. Suele pre­sentarse con dolor en reposo y, a menudo, pue­de pro­du­cirse una contractura muscular si el tendón se estira pa­si­va­mente. Es cuando se hace ne­cesario tra­tar la inflamación con hielo va­rias ve­ces al día en la región afectada y es con­ve­nien­te el re­poso, in­mo­vi­li­zar la muñeca, la mano y los dedos con un ven­daje de contención, ade­más del uso de an­ti­in­fla­ma­to­rios.

En los ca­sos más se­rios es ne­ce­sa­rio el tratamiento quirúrgico pa­ra ex­tir­par el tejido dañado y rein­sertar las estructuras músculo-tendinosas.

El primer síntoma puede ser dolor en el antebrazo al dar la mano a otra persona.

El tratamiento

El tratamiento consiste en reposo, aplicación de hielo, estiramiento, for­ta­le­ci­miento y reducción de la intensidad del deporte.

Se debe evitar cualquier actividad que pro­duz­ca dolor al manejar la muñeca. Al iniciarse la curación se pueden realizar ejercicios para fortalecer los extensores de la muñeca.

Tam­bién se recomiendan en la ma­yoría de los casos ejercicios para for­ta­le­cer los flexores y pro­na­dores de la muñeca.

Cuando el dolor se hace per­ma­nen­te, se deberá consultar de inmediato al traumatólogo, quien diagnosticará la naturaleza de la patología y pres­cribirá la medicación, momento a partir del que el afectado quedará en manos del kinesiólogo.

Los objetivos del tratamiento, que determinarán la cura del mal, son la eliminación del dolor, una mayor irrigación sanguínea en la zona afec­tada, mejorar la amplitud ar­ti­cu­lar, evitar adherencias, rigidez y contracturas reflejas, mantener el tono y la nutrición de los tejidos y otras.

Usualmente los tratamientos son largos porque la curación de esta dolencia es len­ta.

El uso de una venda elástica de la misma manera que una muñequera, pero en la zona del dolor, suele ali­viar los síntomas, aunque no de­termina la recuperación del pro­ble­ma físico. Es una medida de alivio.

El proceso de recuperación siempre se co­mien­za con el reposo del bra­zo, la aplicación de hielo local y to­mar an­ti­in­fla­ma­to­rios, según la prescripción del médico.

Si no se produjera una mejoría en el término de una se­ma­na, se debe iniciar el tratamiento con fi­sio­ki­ne­sio­te­ra­pia que debe in­cluir ul­tra­so­nido, aplicación de rayos láser y mag­ne­to te­ra­pia.

Si el malestar persiste, la próxima al­ter­na­tiva son las in­fil­traciones con cor­ti­cos­te­roides.

Generalmente con todo esto basta, pero si así no fuera el último recurso en la intervención quirúrgica que secciona la inserción en el hueso. Esto último es muy poco frecuente.

Como siempre lo más importante es la prevención. Ésta consiste en fortalecer e hipertrofiar el músculo bíceps trabajándolos con ejercicios contra resistencia o pesas, y por supuesto tener un buen instructor que enseñe un buen agarre de la raqueta que permita una mayor po­ten­cia con menor esfuerzo.

Lo propio puede aplicarse a los jugadores profesionales o afi­cio­na­dos de golf, que someten a sus codos a este riesgo.

Para entender mejor

Epicóndilo: Es una eminencia ósea que se encuentra en la parte ex­ter­na de la epífisis inferior del hueso del brazo o húmero, por fuera y encima del cóndilo. En cada uno de los extremos de un hueso largo, hay una parte que es, ge­ne­ral­men­te, abultada para dar mayor firmeza a la articulación, que se llama epífi­sis. Un cóndilo es la cabeza, emi­nen­cia o pro­tu­berancia redondeada en la extremidad. Flexor: Que dobla o hace que algo se doble con movimiento de flexión.

Pronador: Es un músculo ubicado en la región de la muñeca, bastante ale­ja­do del punto de apoyo, lo que hace que con una leve contracción produzca la pronación, que es la rotación del an­te­bra­zo que permite situar la mano con el dorso hacia arri­ba.

Para pre­venir

Una forma inteligente de prevenir la pre­sen­cia de lesiones de este tipo consiste en em­plear una raqueta ade­cuada y que no tenga la cuerda tesada al máxi­mo. Una raqueta que exija demasiado esfuerzo al deportista puede resultar muy con­tra­pro­du­cen­te.

 
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