Llegaron al país cargados de ilusión
La discusión existirá mientras se juegue al fútbol. Muchos sostienen que el gambeteador, el de las ideas, es el más importante en un equipo; hay quienes, por el contrario, aseguran que este juego no tendría sentido sin los goleadores (o los número nueve), ya que de nada valdría tener a “Maradonas” y “Pelés”, si acaso sus creaciones no fueran convertidas en gol. Es cierto que cada cosa tiene un espacio en el fútbol, pero cuando un partido culmina cero a cero, porque los goleadores no fueron certeros, es como si no se hubiera jugado el partido: ¿El gol de Maradona a los ingleses habría sido la mejor jugada de toda la historia de los mundiales, sin haber sido gol? ¿Qué tal si la pelota habría salido desviada? El gol es la vida misma de este deporte y los goleadores, la sal y pimienta.
Los extraordinarios
llegados a Bolivia
Casi desde los primeros torneos del fútbol nacional han llegado jugadores extranjeros que vistieron la camiseta número nueve. Basta destacar que vino a Bolivia Eugenio Calla, un centrodelantero que terminó jugando en la selección Argentina. También el país ha recibido a jugadores de la talla de Juan Américo Díaz, quén se naturalizó y vistió la camiseta del seleccionado nacional. En las filas de los equipos paceños podemos citar al paraguayo Sanabría, jugador de su selección, al argentino Vidal González, quién lució su fútbol en los grandes del fútbol paceño, no olvidemos a Jorge Carlos Latíni, a Gabriel Panichelli, que luego se fue a River Plate, a “la Bruja” Baldessari y muchos otros que se podrían agregar.
Un caso especial
Vino al país a probar suerte en Destroyers de Santa Cruz en la década de los setenta, pero le fue tan mal que tuvo que emigrar. Lo hizo hacia Cochabamba donde el destino le tenía reservada una sorpresa: Uno de los mejores equipos del país; Wilstermann. Milton Teodoro Joana marcó una época en cuanto a delanteros se refiere en Bolivia; su estilo, que combinaba habilidad e inteligencia, demostró que los números nueve también podían ser pensantes. Hizo goles increíbles y en la Copa Libertadores de América formó una dupla impresionante con Limbert Cabrera. En todo caso Joana era un jugadorazo.
Otro notable
Fue el nueve de Oriente Petrolero. Tenía por nombre futbolístico el extraño “Dedé”. Esmirriado en el físico pero de un talento impresionante para hacer goles, deslumbró con su juego en la ciudad de La Paz, contra The Strongest en un campeonato nacional Simón Bolívar.
Un recuadro para el hombre
récord de la Copa Libertadores
Llegó a Bolivia con la esperanza de ser figura. Su pasta de goleador se podía advertir claramente y sus goles en su natal Argentina anticipaban que en Bolivia algo bueno podía hacer. Cuando recaló en Blooming, a fuerza de anotaciones, comenzó a ser considerado como un delantero respetable. Juan Carlos Sánchez salió goleador de los torneos ligueros y cuando le tocó jugar una Copa Libertadores de América, hizo algo que permanece como récord en la historia de este campeonato: Marcó seis goles en un solo partido. Fue la versión que enfrentó a los “celestes” con los equipos venezolanos. En uno de esos compromisos contra el subcampeón de ese país, el Deportivo Táchira, hizo los goles que hoy lo tienen (y seguramente lo tendrán por mucho tiempo más), como el máximo anotador en un cotejo de este certamen. En el fútbol nacional es quien más se aproximó a la marca de Tucho Antelo, habiendo llegado a Bolivia algunos años después de que el cruceño comenzara su carrera futbolística: Se trata sin duda de un goleador de lujo, de esos que vienen al país de tanto en tanto y deciden, con el respaldo de su efectividad y rendimiento, quedarse en el medio.
El fútbol es un deporte que ofrece una intensa pelea, pero nada más disputado que llegar al arco contrario. Hoy los goles se cotizan en el precio más alto, los sistemas y la táctica proponen ante todo cerrarse sobre el pórtico propio con los recursos que un equipo cuenta para defenderse; nadie se ruboriza cuando once hombres están prestos a defender. Quienes saben hacer goles suben su cotización como si de petróleo se tratara.
Datos y apuntes
De los Alpes a los Andes
“Tano” di Meglio fue un jugador argentino que llegó en la década de los sesenta, jugó en equipos como Always Ready, Mariscal Santa Cruz y Municipal entre otros. Quienes lo recuerdan hablan de su enorme habilidad para el manejo del balón y su fuerte pegada, un estilo que, a la hora de los tiros libres, quedó como un sello en el fútbol nacional. El “Tano” di Meglio recogió los elogios, casi unánimes, de los hinchas de la época, que lo tenían como el mejor extranjero en su puesto.
El “Rompe redes”
Caparelli llegó al país desde Buenos Aires en la década del cincuenta. Se quedó a vivir en La Paz, de donde nunca se movió. Caballero en toda la extensión de la palabra, dejó para el fútbol boliviano las historias de un goleador que rompía redes. Jugó en Litoral, Always Ready y las selecciones nacionales. Fue goleador del combinado nacional en el Sudamericano de Chile. Algunos rivales a los cuales enfrentó, manifestaron que estaba en condiciones de jugar en el fútbol de cualquier país.
A Cochabamba con amor
Víctor Hugo Ayala, jugador chileno que aportó al fútbol nacional la rara combinación de goleador y habilidoso con el balón. Jugó en Petrolero de Cochabamba y en The Strongest en la década de los ochenta. Se destacó en el equipo valluno y tenía la particularidad de ser inteligente en situaciones difíciles, su olfato de gol era indiscutible. En una oportunidad, cuando el entrenador de la selección chilena era el “locutín” Santibáñez, se mencionó su nombre como posible jugador de la selección de su país clasificada al Mundial de España.
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