Se apagó “la voz áspera de la ternura”: murió Chavela Vargas

Maria Cortina, biógrafa y amiga de la cantante, confirmó el domingo en Cuernavaca, que la artista murió a las 13:00 horas, por un paro respiratorio. Dijo que Vargas siempre estuvo alegre y preparada para trascender. La salud de la artista de 93 años de edad no resistió una reciente gira por España

Un comunicado via Twitter en la cuenta oficial de la cantante anunció su fallecimiento: “Silencio, silencio: a partir de hoy las amarguras volverán a ser amargas… Se ha ido la gran dama Chavela Vargas”.

Aunque no murió como ella esperaba, Chavela Vargas vivió como quiso. “Quiero morirme un martes, pera no fregarle el fin de semana a nadie. Nada pasa en martes, son muy aburridos”, dijo en una entrevista el 2007.

Vargas fue parte de una generación legendaria de artistas e intelectuales de mediados del siglo XX. Tras una época de retiro, su éxito renació en 1990, cuando el director español Pedro Almodóvar la incluyó en la banda sonora de algunas de sus películas.

Nació en Costa Rica en 1919, pasó su infancia en la hacienda familiar. A los 17 se fue a vivir a México, Años después adoptó la nacionalidad mexicana.

Antes de alcanzar la fama vendió ropa y fue empleada doméstica, entre otros empleos.

Por su actitud en el escenario, donde acostumbraba beber y fumar, su homosexualidad y esa “voz áspera de la ternura” —como le decía Almodóvar— a su alrededor se construyó una “leyenda negra”.

“Como cantante es una artista que desafió a su tiempo y arremetió contra todos los prejuicios: la primera mujer que apareció en el escenario vestida con pantalones y tapada por un poncho. ¡En un país tan machista como México no te puedes imaginar lo que significa eso!”, dijo alguna vez Almodóvar al diario español El Mundo.

Después de su primer disco, “Noche de bohemia” vendrían más de 30 álbumes. A lo largo de su carrera, destaca su interpretación de canciones como La llorona, Paloma negra, Piensa en mí y Macorina, con su estilo prácticamente a capella.

Apareció en películas como “Frida” de Julie Taymor, Babel de González Iñárritu y Grito de piedra, de Werner Herzog.

Fue amiga de personalidades como Jorge Negrete, Pedro Infante, Agustín Lara, Diego Rivera y Frida Kahlo, Dolores Olmedo, Pepe Guízar, José Alfredo Jiménez, Mario Moreno “Cantinflas”, Elizabeth Taylor, Ava Gardner, Rock Hudson, Grace Kelly, Pablo Picasso, Carlos Fuentes, Pedro Almodóvar, Rocío Jurado, Joaquín Sabina y Carlos Monsiváis, entre muchos otros.

Almodóvar la escuchó por primera vez en París: “Fue una revelación, como cuando escuché por primera vez a Billie Holiday (…) A partir de entonces la busqué, pero fue como si se la hubiera tragado la tierra”.

Con sus nueve décadas, Chavela era una ávida usuaria de las redes sociales. En su muro de Facebook puso: “En el 2007 me dieron un Grammy y no me dio la gana ir por él. ¿Por qué se fijaron en mí después de tanto tiempo? La figurilla creo que por ahí la tengo”.

Durante los últimos años de su vida, quienes la reconocían en la calle la detenían para darle bendiciones, contó a TV Unam en enero de 2010.

“Yo ya me voy porque los años pasan”, dijo durante un homenaje en el 2006, pero seis años después, seguía activa. Trabajaba en un libro-disco (“La luna grande”), homenaje a Federico García Lorca, uno de sus amigos más cercanos.

Para adelantar el lanzamiento escribió en Facebook: “Soy Chavela Vargas, tengo 93 años y estoy grabando un disco (que saldrá muy pronto) para dar una bofetada a los jóvenes que a sus veintitantos se sienten cansados”.