Incorporan tarjeta de identificación para controlar venta de carburantes

La Agencia Nacional de Hidrocarburos (AHN), emitirá una tarjeta de identificación automática para un mayor control de la venta de carburantes en las estaciones de servicio, informó ayer, Doly Miranda, representante de la Asociación de Surtidores de Bolivia (Asosur).

Explicó que con esta medida se evitará que los conductores de transporte no carguen gasolina varias veces, y así terminar con el contrabando de carburantes. El control irá por parte de la ANH y vehículo que no cuente con esta tarjeta no podrá ser provisionado con gasolina, diesel o gas natural vehicular (GNV).

“Los requisitos también incluyen el modelo, la placa de control de motorizado, los datos del propietario, y las boletas del pago de impuestos. Es un código de barras que será instalado en los vehículos”, dijo.

Esta nueva forma de control será monitoreada con antenas de recepción en todas las estaciones de servicio de venta de carburantes y un software en el sistema de facturación automatizado que ya existe en las estaciones de afiliadas a Asosur, sostuvo.

“Es un sistema parecido al cajero de los bancos donde uno puede retirar cierta cantidad de dinero en 24 horas no así más, en ese sentido el control irá por parte de la agencia”, dijo.

El requisito para poder obtener la tarjeta de identificación, será mantener los impuestos al día, sin embargo existirán muchos problemas sobre todo en el sector de las áreas rurales, donde los productores agropecuarios deben cargar diesel en turriles y bidones, pues no pueden llevar el tractor hasta el surtidor.

La ANH tiene previsto también implementar el sistema B-SISA para realizar un efectivo control en la venta de combustibles y para eliminar su contrabando.

Prevé mantener el seguimiento a más de medio millar de cisternas mediante el sistema de posicionamiento global (GPS por sus siglas en ingles).

Según la información todos los camiones cisternas tendrán un dispositivo electrónico para hacer un monitoreo del recorrido de los vehículos y sus destinos. El objetivo de esta estrategia es apelar a la tecnología como gran aliada en la lucha contra el contrabando de combustible.

Cada dispositivo electrónico costará unos 20 bolivianos (unos 3 dólares), y permitirá rastrear a las cisternas desde el momento que cargan el combustible.