Se creía que el Presidente del Estado en su mensaje patrio iba a referirse a las más de 30 minas tomadas a la fuerza en Potosí por cooperativistas y comunarios que se disputan esos centros mineros. La mina Sukañawa de la Empresa Cerusita de inversionistas brasileños está amenazada. Trabajadores de la mina Cooperativa Relámpago y vecinos de Teoponte se enfrentaron dejando un saldo de varios heridos. En la planta gasífera Caranda se enfrentaron comunarios y policías, hay un difunto. Las minas Huanuni, Colquiri, Porco soportan presiones, mientras Mallku Khota sigue en conflicto.
También son frecuentes las disputas por predios en La Paz, Potosí, Santa Cruz, Cochabamba y El Alto. Los bloqueos en las carreteras La Paz-Oruro, Cochabamba-Trinidad, Oruro-Cochabamba son constantes, interrumpiendo las salidas de buses en perjuicio de los pasajeros. Estas tomas, bloqueos, avasallamientos, loteamientos son una mala señal para el Gobierno que opta por complacer, por conceder granjerías para captar votos pensando en las elecciones del año 2014, sin advertir que esas acciones provocan escapatoria de inversionistas, temor a las “nacionalizaciones” que dan una pésima imagen del país en el exterior.
Un representante diplomático le ha sugerido al primer mandatario que sería bueno aprobar la Ley de Inversiones en Bolivia. Parece que el Presidente no está enterado de que sus 88 masistas -hombres y mujeres- en la Asamblea Legislativa, más sus suplentes, sus asesores que están 6 años y más, no han revisado los artículos de una ley que no pueden terminar de revisar y aprobar. Pero no se puede hacer economía, no se puede activar la producción si no hay una Ley de Inversiones consensuada.
Los inversionistas extranjeros y nacionales dicen que no hay seguridad legal para operar en una Bolivia conflictiva y convulsionada. La actitud actual del Gobierno ahuyenta inversiones. La Unión Europea ha expresado que para Bolivia será difícil obtener nuevas inversiones. Se carece de ambiente para inversiones porque no se respeta al financiamiento externo. El aparato productivo y la industrialización no tienen alicientes. Sin respeto a la propiedad privada no hay inversiones. Asimismo un país sin justicia es un país que no avanza. Las acciones expropiadas a Soboce, que las compró en Fancesa deben ser devueltas.
Carecemos de institucionalidad y competitividad. El Estado plurinacional precisa de hombres y mujeres capaces en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En cuanto a la educación, es teórica, no de calidad. El servicio de salud es deficiente, con hospitales precarios. No hay propuestas para potenciar y diversificar el aparato productivo.
La diplomacia boliviana es un fiasco, se nota la falta de diplomáticos de carrera en la Cancillería. Embajadores y cónsules son improvisados, no hay noción de protocolo. El estado de las relaciones con EEUU, Europa, Brasil, Perú y Chile no causa satisfacción. El Tratado de 1904 murió junto con el anhelo de reivindicación marítima. Se debería reorganizar DIREMAR y cuestionar al representante de Bolivia ante la OEA; se tiene que achicar la burocracia.
La corrupción, el contrabando y el narcotráfico son males que desacreditan al país. Crece la pobreza, es deficiente la alimentación del pueblo por falta de políticas para incrementar la producción de alimentos. La inseguridad ciudadana, la trata y tráfico de personas aumentan. Cae la demanda de construcciones y 22 mil obreros ven afectados sus fuentes de trabajo. Fabriles denuncian tres mil despidos por ausencia de políticas económicas. La caída de precios de minerales en el mercado internacional nos afecta, aunque se destaca la venta de hidrocarburos, que genera mayores ingresos al país, que además importa GLP y gas oil. La explotación del carbonato de litio en Potosí es todavía un mito.
Según el Gobierno el PIB creció en 5,16% en el primer trimestre, pero no se siente ese fenómeno en los bolsillos del ciudadano. La crisis mundial nos tocará por rebote. Las RIN han sido afectadas, teníamos $us. 12.761 millones, bajaron a $us. 12.700, de acuerdo con el Banco Central de Bolivia. Dos empresas aéreas desaparecieron en este período: LAB y AeroSur.
En los departamentos de Tarija, Beni, Pando, Chuquisaca y Santa Cruz hay tristeza porque detrás de las suspensiones a gobernadores está la vulneración al voto ciudadano, lo que repercute en la débil vida democrática, pues se vota por uno y asume otro. Descabezar algunas gobernaciones y municipios, a las autoridades legítimamente elegidas, es una mala señal política, ya que vulnera la Constitución.
El Gobierno muestra una tendencia demasiado estatista y caudillista. Se debe admitir que hay desgaste político por errores y deslices, descenso de la popularidad del Presidente. Hay fisuras en el partido gobernante, que está dividido. Se respira un aire de decepción, desengaño. El pueblo boliviano creía que habría progreso, desarrollo a partir de 2006, pero las esperanzas e ilusiones desaparecen, aunque habrá que ser optimista, faltan dos años y más, y se puede impulsar la economía para salir del subdesarrollo. Sería positivo.
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