La UMSA forma profesionales en Fonoaudiología y Terapia Ocupacional

Siguiendo el proyecto “Desarrollo de capacidades técnicas para la Rehabilitación Inclusiva en Bolivia”, que busca formar nuevos profesionales al servicio de las personas con discapacidad y sus necesidades, la Universidad Mayor de San Andrés, el Ministerio de Salud y Deporte más el apoyo de las Agencias de Cooperación del Gobierno de Japón (JICA), y el Gobierno de Chile, se implementaron los Programas de Terapia Ocupacional y Fonoaudiología.

Como primer paso, el Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia implementó el “Programa de Registro Único Nacional de Personas con Discapacidad” (gestión 2007), que permitió conocer de mejor forma las características y necesidades de las personas con discapacidad en Bolivia.

Para responder a estas necesidades se identificó como un importante factor que dificultaba desarrollar programas de habilitación y rehabilitación en el país, la carencia de profesionales del área, al no existir programas de formación en las Universidades del país. En este contexto, el Gobierno de Bolivia aprobó en agosto de 2010 un proyecto con el Programa de Cooperación de Asociación entre Chile y Japón (JCPP), Proyecto “Desarrollo de Capacidades Técnicas para la Rehabilitación Inclusiva en Bolivia”, por un lapso de tres años, a fin de implementar las carreras de Terapia Ocupacional y Fonoaudiología en la UMSA.

De esta forma, se quiere contar en el futuro con profesionales adecuados al perfil del país para que se integren al sistema público de salud, a objeto de brindar servicios a las personas con escasos recursos que no tienen acceso a pagar una atención privada.

La docente, Julia Jiménez, refirió que la especialidad de Terapia Ocupacional forma un profesional que aborda los problemas del ser humano relacionados con la ocupación (actividades de la vida cotidianas, educación, trabajo, juego, el uso del tiempo libre) y cómo esto repercute en la salud, calidad de vida y en la participación en comunidad.

“El Terapeuta Ocupacional aborda a las personas con y sin discapacidad como seres integrales, en todas las etapas de la vida (niños, jóvenes, adultos, adultos mayores), utilizando los conocimientos, técnicas, habilidades y la actividad con sentido y propósito como medio y fin terapéutico”, explicó Jiménez.