Quillacollo, (EL DIARIO).- La festividad religiosa de la Virgen María de Urkupiña, que comenzó este fin de semana con la tradicional entrada autóctona, se caracteriza por la fe y devoción de miles de personas, que todos los años, llegan hasta el santuario de la “mamita.
“Mucha gente llega hasta nuestro templo, de todas partes, vienen desde el exterior trayendo obsequios para la Virgen, en agradecimiento a los milagros que han recibido. Todo pasa por la fe de cada uno, María siendo la Madre de nuestro señor Jesucristo, intercede por nosotros ante el Padre, hay muchos testimonios interesantes”, señaló el padre, Víctor Benavente, párroco del templo de San Ildefonso.
DEVOCIÓN
Desde la plaza Bolívar, que se encuentra a pocas cuadras del templo de San Ildefonso, se advierte la presencia de los feligreses cuya devoción a la Virgen se ve interrumpida por el ruido de las movilidades que intentan llegar hasta el santuario, y el grito de cientos de comerciantes que ofrecen gran variedad de productos.
Según, nos relata el párroco del Templo de San Ildefonso, padre Víctor Benavente, las personas llegan hasta el santuario donde participan de las misas que se celebran cada hora, aprovechan la ocasión para hacer bendecir sus imágenes y confesarse, luego se trasladan hasta el cerro de Cota, donde según cuenta la leyenda, hace miles de años apareció la Virgen a una niña que pastoreaba sus ovejas, es de este lugar donde el tradicional día del calvario, (16 de agosto) extraen piedras que simbolizan el dinero y progreso económico.
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